martes, 30 de septiembre de 2014

Pasteur inauguró sala de Salud Mental; nuevo centro en el 2015

Con la sala psiquiátrica se pretende descongestionar el hospital Vilardebó



Paredes despintadas, pisos viejos, ventanas herrumbradas, cañerías tapadas que desbordan cuando llueve. Ese es el panorama cotidiano del hospital Pasteur, que atiende a más de 160 mil pacientes cada año. Sin embargo, una de sus puertas, también maltrecha, da paso a una sala que nada tiene que ver con lo descrito. Se trata de la nueva sala de Salud Mental que fue inaugurada el viernes pasado.
Es un lugar de internación para pacientes psiquiátricos que no estén gravemente enfermos y no sean peligrosos para ellos mismos o para el personal que los asiste.
La inauguración se enmarca en un plan general de salud mental por el que se le da la potestad a los hospitales Maciel y Pasteur de atender a ese tipo de usuarios.
“La idea es que podamos descongestionar el hospital Vilardebó de pacientes que pueden ser manejados con menos recursos técnicos que los que tiene para tratar de concentrar en ese hospital los casos más graves”, explicó a El Observador Ricardo Ayestarán, director del hospital.
El Pasteur tenía una sala de salud mental con cuatro camas pero estaba en muy malas condiciones. La nueva fue pensada exclusivamente para pacientes con enfermedades psiquiátricas.  Por ese motivo, aunque es una sala espaciosa, tiene solo ocho camas, para que los pacientes estén lo suficientemente separados entre sí, aunque se pueden agregar algunas camas más, de ser necesario.
Existe un protocolo que determina las condiciones que debe tener un paciente para ingresar a la sala de Salud Mental del Pasteur. Además de que no deben ser personas agresivas o peligrosos, no  pueden estar internados por un período largo de tiempo  y deben tener otra patología además de la psiquiátrica. La sala tiene dos habitaciones, el área de enfermería y una sala de recreación que está en un segundo piso. Allí los pacientes y sus familiares pueden ver televisión, fumar –en las áreas de salud mental de cualquier institución está permitido hacerlo– y realizar actividades recreativas.
Nueva instalación
“El otro día empezó a salir agua del piso y hubo que salir corriendo de acá. Pero eso nos pasa tres veces por semana. Tengo que salir corriendo con los enfermos, el techo de mi oficina una vez se cayó o se producen incendios porque hay cortocircuitos”, contó Ayestarán.
Ante esta situación, que se tornó insolucionable, las autoridades de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) resolvieron que lo más efectivo era hacer un edificio nuevo antes que reformar la vieja edificación.
El proyecto inicial proponía que el nuevo edificio tuviera una sala de emergencia, un área de circulación, el block quirúrgico, área de cuidados intensivos (CTI), un centro de materiales y las habitaciones para los médicos. Como no había suficiente dinero, decidieron realizar un túnel para conectar el block quirúrgico con el CTI del viejo edificio y mantenerlo, por ahora, en ese lugar.
El nuevo Pasteur comenzó a construirse en setiembre del año pasado y está previsto que la obra se complete en un año. El presupuesto inicial es de U$S 15 millones, pero puede llegar a unos
U$S 40 millones si se cuenta el mobiliario, explicó el director.
Aunque cuando se inaugure todavía seguirá funcionando el viejo hospital, Ayestarán explicó que pretende que paulatinamente todos los servicios pasen a desarrollarse en el nuevo centro. 
El Pasteur atiende más de 40 mil pacientes al año en Emergencia, 120 mil se atienden en la policlínica y se realizan más de 4.000 operaciones anuales. Tiene 270 camas, de las cuales 27 son del CTI. “Es difícil encontrar una cama vacía, está permanentemente lleno. No es fácil colocar a la gente. Lo bueno es que cuando se termine la obra, y Emergencia y el block quirúrgico se muden, se va a generar un espacio”, dijo Ayestarán

http://www.elobservador.com.uy/noticia

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