Una tercera bomba estalló en Viña del Mar, mientras incidentes cobran protagonismo en las calles de Santiago, cuando se recuerdan los 41 años del golpe que derrocó a Salvador Allende.
Una tercera bomba estalló a metros del lugar donde se ha había detonado la segunda, que había dejado una mujer levemente herida, en un supermercado en Viña del Mar. Una ola de falsas denuncias de artefactos explosivos, obligó a la suspensión de clases en institutos terciarios, mientras también afectó los servicios del Metro, en tanto hubo clausura temporal de estaciones.
La presidenta Michelle Bachelet, logró el apoyo del espectro político chileno, en una convocatoria de urgencia al Palacio de Gobierno y dijo que están tratando de desestabilizar “no a un determinado gobierno, sino al sistema democrático”.
Los partidos opositores acordaron con el oficialismo impulsar una nueva ley antiterrorista, que se haría efectiva antes de fin de año. En tanto los servicios de Inteligencia continúan buscando a dos sospechosos, nadie ha reivindicado aún los atentados: desde la oposición se habla de “anarquistas”, pero desde el oficialismo se apunta a “células de ex agentes ligados a la dictadura”, según dijo el senador del partido de Gobierno, Jaime Quintana.
Las calles de Santiago convulsionadas al recordarse el golpe
La madrugada del jueves fue particularmente agitada en la capital chilena, con autobuses quemados, y lesionados tanto entre los manifestantes como en la policía, a raíz de encontronazos que se produjeron al cerrar las calles. Barricadas y fogatas entorpecían el tránsito en barrios céntricos de Santiago y los manifestantes se enfrentaban con las fuerzas de choque que ya habían detenido algunas decenas de personas.
Durante la noche “una bala loca” –según palabras del subsecretario de Interior- dejó muerta a una mujer de 68 años, en la jornada previa a la conmemoración del golpe. El viceministro Mahmud Aleuy, hizo un balance de distintos focos de tensión en distintos puntos del país, pero declinó considerar que la muerte de la señora m-que volvía de un paseo con otros adultos mayores- perteneciera específicamente a uno u otro bando de los que se enfrentaban en las calles.
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