Una auténtica multitud de vecinos del barrio montevideano Santa Catalina celebró exultante la inauguración del flamante jardín de infantes ubicado en la intersección de las calles Víctor Hugo y Mochuelo, al cual asisten más de trescientos niñas y niños de 3, 4 y 5 años edad, quienes iniciaron el primer tramo de su itinerario educativo en un moderno y confortable local educativo.
El flamante centro, que fue proyectado y ejecutado por la Dirección Sectorial de Infraestructura del Consejo Directivo Central de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) se integra, formalmente, a un conjunto de espacios educativos conformado por dos escuelas del Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP)- una de ellas de tiempo completo)- un liceo y una futura Escuela Técnica de la UTU -cuya construcción está muy avanzada- en la referida zona del barrio Cerro de Montevideo.
La ceremonia oficial de inauguración del jardín de infantes propició una animada jornada festiva, que contó con la activa y entusiasta participación de vecinos y padres de los niños.
En ese contexto, proliferaron las risas, las fotos y las espontáneas exteriorizaciones de alegría, como corolario de un logro largamente acariciado por la comunidad.
En la oportunidad, un grupo de niños de 5 años escenificó el cuento “Manuelita, la tortuga”, lo cual propició los momentos más disfrutables, distendidos y emotivos de la celebración.
Unidad y compromiso plasmados en una larga aspiración
La actividad ratificó la unidad y el compromiso de todo el barrio, que, con la inauguración del nuevo centro educativo, vio plasmada una larga aspiración.
La flamante construcción, que se inscribe en marco del Plan “ANEP en Obras”, requirió una inversión de casi 31 millones de dólares.
El nuevo centro educativo, que funciona en dos turnos en la modalidad de “Atención Prioritaria en Entornos con Dificultades Estructurales Relativas” (APRENDER), tiene una superficie edificada de 1.000 m2 y cuenta con 6 aulas, cada una de ellas cada una, servicio sanitario incorporado.
También dispone de sala de psicomotricidad, un comedor con capacidad para atender a 80 niños por turno, cocina completa, despensa y vestuario con baño.
La moderna construcción, realizada con la aplicación de la última tecnología y materiales disponibles, contempla los nuevos criterios para el desarrollo de espacios educativos eficientes y adecuados.
Por esa razón, el edificio dispone de un aula para psicomotricidad, cocina y comedor –el cual, en el turno matutino presta el servicio de desayuno y almuerzo, y en el vespertino, el de almuerzo y merienda.
El local también dispone de baños para niños con capacidades diferentes, patios para recreo y sala para maestros y dirección.
El proyecto de Jardín de Infantes se enmarcó en un entorno urbano de muy baja densidad y construcciones de poca altura.
El edificio se implantó sobre el sector norte de un predio entre medianeras de 80 x 80 metros, reservando un espacio de reserva al Sur para futuras ampliaciones.
La propuesta arquitectónica previó generar la cantidad de espacios educativos que demandaba la planificación educativa para la cobertura de la población de educación inicial de la zona, reforzando los servicios educativos existentes en el barrio.
Según lo previsto, el edificio posee la mayor accesibilidad posible, apoyando los lineamientos pedagógicos marcados mediante la fluidez y la comunicación entre los distintos espacios y la contención integral de los alumnos.
En ese contexto, fueron planteadas tres zonas diferenciadas. En lo que atañe a la zona de aulas, se incorporó el equipamiento fijo de apoyo a la función pedagógica, a los efectos de generar fluidez visual entre los espacios de aula, área de recreo exterior, circulación y los ámbitos destinados a actividades comunes.
Por su parte, el área de circulación cerrada conecta las aulas con los demás espacios, como los accesos, la sala de psicomotricidad y el comedor. También se privilegió la zona de actividades comunes, como la sala de psicomotricidad que permite integrase a la circulación mediante cerramiento móvil y el comedor integrado a la circulación.
La Directora del jardín de infantes, Maestra Margarita Pereyra, elogió la respuesta del Estado y la movilización de la comunidad, que permitió a los niños disfrutar del confortable local a partir del pasado mes de marzo.
Al respecto, afirmó que “el patio central ya acumula vivencias, llantos, risas y los raspones de los niños jugando y los encuentros con las familias”.
“Este es un el sueño cumplido de la comunidad”, manifestó enfáticamente la educadora, quien reflexionó que “un local escolar espera, respira, abraza y, en su cotidianidad, se teje el entramado de vínculos que va construyendo la comunidad educativa”.
Dirigiéndose a la concurrencia, Margarita Pereyra proclamó: “tengan en cuenta que, a partir de ahora, este local es de ustedes y de este barrio.
Cuídenlo y quiéranlo, porque las escuelas siempre están vivas. Aquí recién se comienza a escribir una historia junto al río cercano, con esfuerzo y trabajo de la comunidad que se afirma”.
Por su parte, el Director General del Consejo de Educación Inicial y Primaria, Maestro Héctor Florit destacó que “este es un día especial y de mucha alegría”.
Al respecto, manifestó su reconociendo a la comunidad del barrio, “porque está dando un paso más en la construcción de espacios educativos que constituyen una red que se está gestando desde hace muchos años”.
Al tiempo de afirmar que el local escolar es un lugar de encuentro de los vecinos que quieren construir un destino mejor, el orador precisó que el Consejo de Educación Inicial y Primaria cuenta con 192 jardines de infantes en todo el país, que atienden a 81.000 niños.
“Esto supone una fuerte inversión de la sociedad y del Estado. Cada niño tiene el derecho de recibir educación de calidad”, concluyó.
El Presidente del CODICEN, Profesor Wilson Netto, valoró particularmente el trabajo de los docentes, afirmando que “esa actitud y su vocación reflejan la imagen de la educación pública en la sociedad”. Dirigiéndose a la comunidad barrial, Netto elogió la canalización de las demandas y los consecuentes resultados que contribuyen al desarrollo.
“Esta es una nueva presencia de la educación publica. El Estado cumple con su obligación de llegar a todos”, finalizó expresando el Profesor Wilson Netto.
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