Una de las producciones más importantes que caracterizan al Departamento de Artigas es la explotación de yacimientos de ágatas y amatistas, dos grupos de piedras denominadas semi preciosas, que tienen un alto valor y atractivo interés, en varias partes del mundo.
Esta actividad brinda oportunidad de una gran demanda de mano de obra en empleos y servicios, directamente relacionados a la extracción. Pero además de la minería, las ágatas y amatistas también generan mano de obra en la lapidación, transformación y confección de artesanías, parte esencial de la industria de estas piedras.
Para el turismo de vacaciones, el viajero inquieto, que visita el norte del país, tendrá la oportunidad de conocer un yacimiento en explotación y explorar las galerías de las minas de amatistas, así como apreciar los talleres de industrialización de estas piedras, en la ciudad de Artigas.
Las mejores piezas de ágatas y amatistas se les usa en joyería, y el resto como adorno en partes de piezas o accesorios, y muchas de ellas de gran tamaño para ornamentación de distintos tipos de espacios o locales.
Existen ágatas y amatistas en varias partes del mundo, Argentina, Brasil, Rusia, Alemania, pero las de Artigas son de la mejor calidad que se pueden encontrar, con una intensidad de su típica coloración violeta, difícil de encontrar en otro lugar.
Hace unos 130 millones años se produjeron varios derrames de lava (coladas), sobre el norte de nuestro país, en lo que se denomina la zona del basalto. Estas coladas ocupan unos 40.000 km2 de los departamentos del norte, con espesores crecientes, llegando el máximo sobre el Río Uruguay con unos mil metros de espesor o profundidad.
El fenómeno se produce cuando el magma en estado líquido es expulsado desde el interior de la Tierra. Al tomar contacto con el aire el magma se combina con varios elementos de la atmósfera, se le denomina lava y comienza a enfriarse.
En este proceso de enfriamiento que se produce desigual y combinado, se producen dentro del material ciertas burbujas gaseosas. La lava enfriada y con burbujas toma en ocasiones ciertas formas que luego darán lugar a las ágatas y amatistas.
Si la roca se forma con una burbuja con buena cantidad de gases, se formará una geoda hueca en alguna medida en su interior, con variedades de cuarzo con cristales grandes, con los extremos libres y con una coloración violácea más o menos intensa, a la que llamamosamatista.
De lo contrario si el enfriamiento se produce con poca presencia de gases, se forma un ágata, que son variedades de cuarzo de pequeños cristales, en el que el bloque de piedra tiene bandas concéntricas de colores similares, opacos o traslúcidos, que recuerdan las que presentan los cortes de árboles.
En este caso el ágata no es hueca, sino que está rellena de formaciones de cuarzo incoloro. En ocasiones el ágata puede tomar una forma de geoda con una pequeña cavidad rellena de cristalesde cuarzo blanco.
La zona de máxima presencia o afloramiento superficial de estos yacimientos se encuentra a ambos lados de la ruta 30, situada entre unos 50 y 80 km de distancia, al sur de la ciudad de Artigas, en un área de la cuenca de los Arroyos Catalán Grande, Catalán Chico, Catalán Seco y también en los valles de los Arroyos Cuaró y Tres Cruces.
La extracción de las ágatas y amatistas se realiza de dos formas según la naturaleza del material en el yacimiento.
Una de ellas es la excavación y remoción de material “blando”, en forma manual o con excavadoras. Es la forma más fácil de extracción y como resultado la explotación produce fundamentalmente ágatas.
La segunda forma es por medio de canteras sobre material “duro” utilizando explosivos y retirando las geodas a veces en pequeñas galerías. Aquí la explotación produce amatistas.
Las amatistas se pueden encontrar en piezas de gran tamaño, de más de 10 toneladas de peso, con huecos que pueden albergar a dos o tres personas. En estos casos luego de encontrar la geoda en el seno de la roca, la acción de dimensionarla, descalzarla y extraerla con explosivos es lenta y con alto riesgo de que se pueda romper, por lo que es una tarea que puede demorar varios meses.
Ya en el taller, la amatista se limpia y dependiendo de las formas y tamaños de destina a su venta en bruto o para su industrialización, (corte, lapidado, pulido, etc).
Las amatistas que no tienen buena densidad de color se les puede dar un tratamiento térmico, que les provoca ciertos cambios en su color que muta a excelentes tonalidades amarillo y naranja.
En el caso de las ágatas, aprovechando la porosidad del material se les impregnan con colorantes. Este teñido provoca el resalte de los diseños de las bandas concéntricas que le mejora el valor comercial por sus colores llamativos.
El desecho de trozos principalmente de ágatas y también de amatistas, se ponen en tambores con abrasivos que dan pequeñas piezas destinadas a la artesanía y bisutería.
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