Como cada 4 de junio desde 1983, la Organización de las Naciones Unidas, recuerda en la jornada a los niños que han sido víctimas de agresiones particularmente debido a las secuelas de la guerra.
Durante el período de sesiones extraordinarias de la Asamblea General, en 1982, con motivo de la cuestión Palestina, la ONU resolvió la conmemoración, “consternada ante el gran número de niños palestinos y libaneses que han sido víctimas inocentes de los actos de agresión de Israel”.
El reconocimiento de la fecha se ha hecho extensivo desde entonces a reforzar el compromiso de Nacionales Unidas “de proteger los derechos del niño y reconocer el dolor que sufren los niños en todo el mundo que son víctimas de maltratos físicos, mentales y emocionales”, establecen los documentos referentes.
El secretario general de la ONU, reconoció en la jornada inaugural de la fecha que se debe “insistir en el sacro deber, consagrado en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, de garantizar que todos los niños, sin excepción alguna, disfruten de protección especial”.
La fecha se ha hecho extensiva a otros ámbitos más familiares
La intención de las Naciones Unidas en la conmemoración de la fecha se ha hecho, en los últimos años, aplicable también a las víctimas infantiles y adolescentes de violencia dentro del hogar, una problemática que supera lo físico y alcanza al maltrato psicológico en sus distintas formas.
La convivencia entre personas de distinta edad y sexo ha permitido durante mucho tiempo la legitimidad de tratos desiguales entre los miembros de una misma familia o grupo humano, lo que debe ser erradicado como otra forma de segregación y violencia entre seres de distinta condición, pero merecedores de los mismos derechos.
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