viernes, 4 de abril de 2014

Chilenos tratan de volver a la normalidad pese a 260 réplicas del terremoto de 8,2 grados

Miles de chilenos intentaban este jueves volver a la normalidad pese a la escasez y el miedo por las continuas réplicas del terremoto de 8,2 grados que el martes azotó el norte de Chile con saldo de seis muertos.



Estamos viviendo ahora sin luz en algunos sectores, sin agua desde hace dos días. No sé si hoy día (jueves) se restablecerá pero estamos complicados, los negocios no se abren, no tenemos cómo abastecernos”, dijo a la AFP Mirna Mela, pobladora de Iquique, la ciudad más cercana al epicentro del sismo.
Los daños en la infraestructura son menores, pese a la magnitud del sismo, y la preocupación de la gente se centra ahora en los problemas domésticos.
Los vecinos de Iquique, urbe de 180.000 habitantes, que en la noche del miércoles fueron evacuados de nuevo por una fuerte réplica de 7,6 grados, denunciaban el alza en los precios del pan -a unos seis dólares el kilo- y del agua, al doble del habitual.
La Fiscalía de la región de Tarapacá ordenó detener a los comerciantes que especulen con los precios, y el portavoz del gobierno, Alvaro Elizalde, anunció sanciones para aquellos que acaparen elementos básicos.
“Estas conductas están debidamente sancionadas en el artículo 285 del Código Penal y en la Ley 16.282 sobre sismos y catástrofes”, dijo Elizalde desde el palacio de La Moneda, la sede presidencial.
En tanto, la tarde del jueves se puso fin al racionamiento en la venta de combustible en Iquique.
Las autoridades siguen revisando los daños causados por el sismo, que aún no han sido cuantificados, mientras el suministro eléctrico era repuesto en un 72%, y el agua potable en un 67% de la región de Tarapacá, la más afectada.
Los accesos a Iquique están restringidos por grietas y derrumbes en la carretera.
El papa Francisco envió el jueves un mensaje de solidaridad a los chilenos y se declaró “hondamente apenado al conocer la noticia del sismo que ha ocasionado víctimas y heridos, así como daños materiales y cuantiosos desplazados en ese amado país”.
La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, se mantenía coordinando desde la zona norte los comités de emergencia, y tenía previsto volver a Santiago este jueves.
Bachelet tuvo que ser evacuada la noche del miércoles junto a otros miles de ciudadanos debido a una segunda alerta de tsunami que ya fue levantada.

Segunda noche de evacuación

“Estábamos por volver a nuestras casas pero este sismo nos ha obligado a volver a la calle y a dormir por segunda noche aquí”, dijo a la AFP Lila Gómez Mamani.
Cansadas y maldormidas, las familias evacuadas en Pozo Almonte (cerca de Iquique) se concentraron en la madrugada en el estadio de fútbol, y en una cancha de pasto sintético, sobre el que desplegaron unas treinta carpas.
Ante la falta de luz, los vecinos se apilaron alrededor de decenas de fogatas que iluminaban y calentaban la fría noche de estas localidades desérticas, donde durante el día el sol quema, pero la temperatura baja a los diez grados centígrados en la noche.
“Está como toda la gente muy alterada, muy eufórica, no sabe qué hacer. A pesar de que tenemos cultura sísmica, igual nadie sabe como reaccionar”, dijo a la AFP Catherine Sagardia, frente a un supermercado con largas filas resguardadas por militares.
El terremoto del lunes dejó daños en unas 2.500 viviendas sociales de Alto Hospicio, techos caídos y ventanales quebrados, y unas 80 embarcaciones dañadas que preocupan especialmente a los pescadores.
Los teléfonos móviles y las redes sociales se convirtieron en la herramienta básica de los chilenos para comunicarse ante la caída de la telefonía, y para registrar videos del sismo.
Tras el temblor, 22.500 mensajes de texto por segundo fueron enviados en Chile desde la aplicación WhatsApp, según explicó al diario El Mercurio Jan Koum, presidente ejecutivo de WhatsApp.

Esperando un megaterremoto

La tierra seguía temblando este jueves, a dos días del sismo que obligó a evacuar a casi un millón de personas. “En este momento se superan las 10 réplicas por hora”, dijo el director del Centro Sismológico Nacional, Sergio Barrientos.
Sismólogos chilenos y del Instituto de Geología y Sismología de Estados Unidos han advertido que el terremoto de 8,2 grados que sacudió el martes el norte de Chile no es el megaterremoto que hace años se espera en esa zona, por la gran cantidad de energía que ha acumulado en los últimos 150 años.
“Según nuestros gráficos y de lo que estamos aprendiendo de la región, aún hay bastantes zonas donde podría haber energía acumulada que podría ser liberada en el futuro”, dijo Barrientos.
Chile se encuentra al límite de una falla geológica que recorre los 4.200 kilómetros de su costa sobre el océano Pacífico.
El país es uno de los más sísmicos del mundo, y la población cuenta con entrenamiento para enfrentar terremotos y tsunamis que en otras países podrían ser devastadores.
Sin embargo, en 2010, Chile sufrió un terremoto de 8,8 grados en la escala de Richter, al que siguio un tsunami que no fue alertado debido a fallas técnicas y que causó unas 500 muertes. AFP

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