lunes, 7 de abril de 2014

Comisión: siete cancilleres de la Unasur vuelven a Venezuela para acompañar el diálogo entre Nicolás Maduro y la oposición

Una comisión de cancilleres de la Unasur volverá a Venezuela este lunes para acompañar un posible diálogo entre el presidente Nicolás Maduro y la oposición, una ardua tarea tras dos meses de protestas contra el gobierno que han reavivado la profunda polarización en el país.




La comisión busca “contribuir a que Venezuela encuentre un camino de diálogo amplio y constructivo.
Ya empezaron a llegar a Caracas los siete cancilleres que entre lunes y martes seguirán “apoyando y promoviendo que se dé definitivamente un diálogo entre la oposición venezolana, el presidente y nuestro gobierno”, anticipó la víspera el canciller Elías Jaua.
“Nuestro objetivo es lograr un diálogo sincero entre los venezolanos para que ellos resuelvan los temas que tengan que resolver”, dijo esta semana el canciller de Argentina, Héctor Timerman, tras una reunión con su par de Chile, Heraldo Muñoz. Ambos viajarán en el mismo avión a Caracas.
En su primera visita el 25 y 26 de marzo, la comisión se reunió con diversos sectores de la sociedad venezolana, incluida la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y dirigentes estudiantiles, que lideran las protestas desde hace dos meses, que han dejado un saldo de 39 muertos y 608 heridos.
Maduro acudió a la Unasur para allanar el camino al diálogo tras semanas de fallidos intentos para convocar a la MUD a una “conferencia nacional por la paz” que instauró a raíz de las manifestaciones.
Gracias a la primera misión de cancilleres Maduro y oposición tuvieron su primera coincidencia al aceptar que un “testigo” internacional facilite el diálogo, con el secretario de Estado de El Vaticano y ex nuncio en Venezuela, Pietro Parolin, como uno de los candidatos.

Un país polarizado

Las protestas fueron iniciadas por estudiantes de San Cristóbal (oeste) contra la inseguridad y se han extendido a otras localidades multiplicando reclamos contra la crisis económica, la represión policial y la detención de opositores.
Pese a que bajaron de intensidad, aún se registran choques entre radicales y las fuerzas del orden en algunos municipios, como ocurre casi a diario en Chacao, en el este de Caracas.
Maduro insiste en acusar a la oposición de promover un golpe de Estado con las protestas, en tanto la MUD responsabiliza al gobierno del encarcelamiento del opositor Leopoldo López, líder del partido Voluntad Popular, y de dos alcaldes, así como de la reciente destitución de la diputada María Corina Machado de la Asamblea Nacional.
López, preso en una cárcel militar acusado de instigar a la violencia en las manifestaciones, y Machado encabezan el sector radical de la MUD y la estrategia “La Salida” para forzar la renuncia del mandatario con las protestas callejeras.
La comisión busca “contribuir a que Venezuela encuentre un camino de diálogo amplio y constructivo (…) y que en la medida de lo posible pueda detener esta polarización, esta violencia y estas muertes”, dijo Muñoz, quien recordó que una ciudadana chilena murió en los disturbios.
Muñoz y su par de Brasil, Luiz Alberto Figueiredo, también defendieron esta semana el rol de la misión de la Unasur, después de que Machado -que estuvo de visita en Brasilia- afirmara que esta “tiene un problema serio de credibilidad” y que no están dadas las condiciones para un diálogo con el gobierno.

Diálogo cuesta arriba

Incluso el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, cuya mediación ha sido rechazada por Maduro, afirmó el sábado que la misión de Unasur es una “nueva oportunidad” para que gobierno y oposición reconozcan la necesidad de entendimiento, y llamó a ambas partes a admitir su legitimidad mutua.
Pero horas después Maduro anticipó que no se sentará a dialogar con “fascistas”, en alusión al sector radical de la MUD, y aseguró que el bloque opositor tiene toda la responsabilidad de las protestas “porque no han tenido coraje para salir a condenar la violencia, para llamar a la paz y para sentarse en la mesa de diálogo por la paz”.
“Yo no me voy a sentar en la mesa con fascistas sépalo Venezuela y el mundo (…) me siento con la oposición política, con sus gobernadores, sus diputados, con sus dirigentes políticos”, advirtió el presidente.
El secretario ejecutivo de la MUD, Ramón Guillermo Aveledo, respondió en Twitter alegando que “el gobierno sabe que ni promovemos ni apoyamos la violencia de nadie” y acusó al mandatario de “proteger a los violentos”.
Gobierno y oposición se acusan mutuamente de promover grupos de radicales que causan la violencia. Esta semana un supuesto chavista y un presunto opositor fueron fotografiados con armas de fuego en las manifestaciones.
Aveledo aseguró que la MUD quiere el diálogo pero considera que “una institución o líder internacional con credibilidad deben mediarlo”.
“Nosotros vemos la mediación ofrecida por El Vaticano como una opción viable”, expresó en una carta enviada al New York Times.
Sin embargo, el líder opositor Henrique Capriles asegura que “es mentira” que el gobierno quiera conversar e instó a “que siga la protesta pacífica e incluyente” porque “hay miles de razones para protestar contra el caos del Gobierno”. AFP


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