Un ejército de policías y seguridad secreta, custodian este lunes la Maratón de Boston, con el recuerdo vivo del atentado del año pasado que dejara un saldo de tres muertos y 265 heridos.
La expectativa de los norteamericanos principalmente aumenta para este año sobre la base del luctuoso recuerdo del atentado.
La Asociación Atlética de Boston (BAA) confirmó que en la línea de salida habrá 35.660 corredores de 70 países, y se espera que la jornada deportiva supere el millón de espectadores, que atenderán las instancias de los 42,1 quilómetros de recorrido. La expectativa de los norteamericanos principalmente, aumenta para este año, sobre la base del luctuoso recuerdo, y las autoridades no han escatimado esfuerzo alguno para dar la máxima seguridad. Desde los oficiales de las comisarías locales más pequeñas, hasta los servicios de seguridad federales más calificados como la CIA y el FBI, centenares de agentes del orden atienden la carrera, además de los 3.500 funcionarios que se han ocupado de la organización.
La seguridad total, no requiere asustar al público
“Nosotros queremos que ésta sea la gran carrera que siempre ha sido. No vamos a asustar a la gente y hacerla parecer a un campamento del ejército. Tenemos muchas cámaras, tenemos muchos recursos y estoy muy confiado en nuestros oficiales”, dijo el jefe de la Policía de Boston. Williams Evans, reconoció no obstante que la carrera estará siendo controlada al detalle incluso desde el Centro de Coordinación de Seguridad Pública establecido en la sede de la Agencia de Gestión de Emergencias de Massachussets.
Unos 3.550 oficiales de policía, 600 miembros de la Guardia Nacional, 3.500 miembros de seguridad de la organización, y centenares de cámaras de seguridad, son la cara “visible” de la preocupación que tienen los organizadores, que han limitado al máximo las posibilidades de los espectadores. Está incluso prohibido llevar una mochila, como la que usaron los hermanos chechenos para guardar los artefactos explosivos el año pasado.
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