jueves, 3 de abril de 2014

Gabriela Alemán

  Escritora ecuatoriana nacida en Río de Janeiro (Brasil). Durante su juventud vivió y realizó estudios en varios países. Es licenciada en Traducción obtenida en el Reino Unido, una Maestría en Letras otorgada por la Universidad Andina Simón Bolívar y un PhD en cine Latinoamericano otorgado por la Universidad de Tulane en Nueva Orleans. Se ha desempeñado como guionista, escritora, traductora y jugadora de baloncesto. Actualmente vive y trabaja en Ecuador. Sus cuentos, entrevistas y artículos han aparecido en publicaciones nacionales y extranjeras. Publicó el libro de cuentos infantiles En el país rosado en 1994 y un año después el cuento Anabel. En 1996 publicó el libro de cuentos Maldito Corazón. Escribió el texto para teatro La Acróbata del Hambre. En el 2000 publicó el libro de cuentos Zoom, obra que obtuvo críticas muy positivas. En el 2002 publicó la recopilación de cuentos Fuga Permanente. En novelas ha publicado Boddy Time y Poso Wells. En 2009 publicó La Cicatriz. En el 2006 recibió una beca Guggenheim. Realizó el guión y story board del comic Puertas adentro, editado por Unicef. Sus artículos académicos han aparecido en diversas publicaciones. Es colaboradora regular desde el 2005, del International Film Guide editado anualmente por Wallpaper Press. 



Gabriela Alemán 
Todos dudamos al amanecer (fragmento)

A todo eso respondería su nuevo movimiento: sería una voz foránea, identificada con la fuerza del asombro. No sería la respuesta a las discusiones acaecidas en algún café parisino del Barrio Latino o el Village neoyorquino llegadas a través de Internet. Si de algo se alimentaría sería del discurso de Mariátegui, reproducido de alguna manera por Szyszlo, se impone el repudio absoluto, el desahucio radical a la falta de humanismo; y si tomaba la muerte de Foucault como un signo del fin del postmodernismo -quién sabe por qué-, del avance de la ciencia y la microfísica que no habían hecho más que minar las pocas certezas que aún quedaban, una nueva época nacía bajo la punta de su lápiz 2B. El nuevo ismo sería una herida sobre la piel desnuda de la sociedad, un permanente hormigueo de inseguridad ligado a la buena fortuna; dos opuestos que no se contradecían en absoluto en la nueva formulación. El fornismo había nacido, garabateado en la madrugada sobre el último recibo de supermercado de Andant. Tenía que ganar ese concurso, si no lo hacía todo su futuro quedaría pendiente de un hilo. ¿Cómo justificaría ante Clara todos esos meses de trabajo no remunerado? (Que lo serían al ganar) ¿Cómo lograría convencerla de que no podía perder su tiempo con él, que se casarían pronto? Cuando todo se aclarara en su cabeza, cuando lograra que su oficio se volviera una profesión. Cuando ella entendiera que lo único que sabía hacer era juntar palabras sobre el papel. Lo había intentado, había procurado ser alguien más. Aunque nadie se lo hubiera pedido. En ese entonces había escuchado el rumor de su equivocación como una jauría de perros hambrientos intentando escapar de su encierro. "

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