miércoles, 30 de abril de 2014
Leonora (párrafo) - Elena Poniatowska
Fallo terrible
El líder de los Hermanos Musulmanes y otras 719 personas fueron condenados a muerte por un tribunal egipcio.
(Familiares de presuntos seguidores de los Hermanos Musulmanes ayer, en la ciudad de Minia (Egipto), tras conocer el fallo de un tribunal egipcio que condenó a muerte a 720 islamistas seguidores de los Hermanos Musulmanes, incluido su líder, Mohamed Badia. / Foto: Khaled =
(Familiares de presuntos seguidores de los Hermanos Musulmanes ayer, en la ciudad de Minia (Egipto), tras conocer el fallo de un tribunal egipcio que condenó a muerte a 720 islamistas seguidores de los Hermanos Musulmanes, incluido su líder, Mohamed Badia. / Foto: Khaled =
A lo largo de dos meses, unas 1.200 personas fueron condenadas a muerte en un fallo judicial de primera instancia por manifestaciones violentas, la toma de una comisaría y la muerte de un coronel de la Policía en Egipto. Estos hechos ocurrieron luego del brutal desalojo de los campamentos de protesta por el derrocamiento del presidente Mohamed Mursi, en julio. Además, la Justicia egipcia prohibió las actividades de la organización civil que impulsó las movilizaciones contra Mursi.
El máximo líder espiritual de los Hermanos Musulmanes, Mohamed Badie, fue condenado a muerte ayer junto a otras 719 personas acusadas de actos violentos en el marco de las protestas por la caída de Mursi a manos de militares. Una vez derrocado Mursi, los Hermanos Musulmanes fueron prohibidos debido a las manifestaciones que impulsó el grupo contra el nuevo gobierno.
Las condenas no son todavía firmes, y antes de que el juez emita un fallo definitivo en junio, el muftí de Egipto, Shauqui Alam, la máxima autoridad religiosa del país, deberá pronunciar un dictamen no vinculante sobre un total de 683 penas de muerte -entre ellas, la de Badie-.
El tribunal de la ciudad de Minia dispuso estas condenas al juzgar a unas 1.200 personas en dos “macrojuicios” que fueron denunciados por la falta de garantías legales, según dijeron abogados y defensores de los derechos humanos a la prensa.
En otro caso resuelto por ese tribunal, el mismo magistrado, Said Yusef, que según la agencia de noticias Efe es llamado por sus detractores el “juez de las ejecuciones”, condenó a pena de muerte -esta vez sí en sentencias firmes, que no se pueden apelar- a 37 personas. A otras 491 les conmutó esa pena por cadena perpetua. Todas ellas fueron declaradas culpables de atacar comisarías, edificios gubernamentales e iglesias, y de asesinar a un coronel de la Policía en la localidad de Matay. Este grupo de más de 520 personas, de las cuales unas 350 están prófugas, había sido condenado a muerte en marzo.
Tanto en los juicios de ayer como en los de marzo, varios de los acusados que no están prófugos no pudieron asistir al tribunal por “motivos de seguridad”, y esto fue cuestionado por sus defensores. La condena se emitió en la segunda audiencia y varios acusados no pudieron ser defendidos por sus abogados, a los que no se autorizó entrar al tribunal.
A estas acciones judiciales contra los Hermanos Musulmanes, que son casi habituales desde la caída de Mursi, se sumó también ayer la prohibición del Movimiento 6 de Abril. Esa organización civil, cuyo nombre hace referencia a la primera manifestación masiva que hubo en 2008 en contra del presidente de entonces, Hosni Mubarak, está dominada por jóvenes militantes. En junio y julio éstos encabezaron las protestas contra Mursi, que en 18 días desembocaron en su destitución por parte del Ejército.
Sin embargo, el Movimiento 6 de Abril volvió a manifestar en noviembre junto a movimientos laicos y afines a la izquierda en contra de una norma, aprobada por el gobierno que sustituyó a Mursi, que limitaba el derecho a manifestarse. En diciembre, el líder de esa organización, Ahmed Maher, fue condenado a tres años de cárcel por haber violado esa misma ley contra la que protestaba.
Con estas medidas queda claro que después de la caída de dos presidentes en tres años, los poderes tradicionales egipcios, que son el Judicial y las Fuerzas Armadas, quieren mantener el control, sobre todo con las elecciones del 26 y 27 de mayo a la vista. Para esa instancia, el favorito es Abdel Fatah al Sisi, quien hasta hace poco era el máximo jefe de las Fuerzas Armadas. Su único contrincante será el político de izquierda Hamdin Sabahi, al que se define como un seguidor de Gamal Abdel Nasser.
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Aporte a la celebración del Día del Trabajador Rural*
Mujeres del arrozal
Ellas se quedan en el rancho, pero luchando. Lo deciden así, colectivamente.
Las mujeres, las familias de los obreros arroceros tendrán participación en la huelga que se avecina.
Las mujeres crean un espacio de lucha: el rancho, su rancho, se vuelve trinchera, territorio a defender. Por ellas y sus hijos, los militantes de esos locales sindicales.
Los hombres, los obreros de los arrozales, preparan otra tarea. Irán a Montevideo a reclamar salarios dignos y el jornal de ocho horas. Allí, en los años cincuenta, se trabaja de sol a sol y no se ve plata; les pagaban con bonos que sólo se pueden gastar en el almacén del patrón.
El rancherío, en el predio del patrón, era parte de lo convenido, era salario. El rancho no es un beneficio; al patrón le asegura la presencia del obrero en el lugar de trabajo. Las mujeres quedarán cuidando la retaguardia. Son la otra mitad, la que defiende y ocupa el puesto de trabajo de los maridos.
Las mujeres, algo inusual en las zonas agrícolas, se reúnen a discutir las acciones, aunque todas "acataban la mayoría", según decían. Creo que fueron las primeras reuniones dentro del arrozal, con mujeres tratando temas sindicales.
¿Cómo llegué a conectarme con ellas? ¿Por qué? ¿Qué sentí entonces, yo, una joven que desconocía el campo y sus modos de vida? No fui sola, me invitaron a recorrer los caminos de los arrozales, a acortar las distancias entre los trabajadores del campo y los de la ciudad.
–Tenemos que llegar antes que se haga la noche.
–¿Qué decís?, no te oigo nada...
Cuando habíamos alcanzado la cima del repecho, apagó el motor y dejó que la moto se deslizara a su voluntad por el bajo, un largo bajo que acababa en el fondo de una cañada, donde un poco de agua estancada hacía un charco en medio del camino de tierra.
–Por la noche es más seguro llegar y que no nos vean los patrones o los capataces. Como las familias viven dentro del arrozal tenemos que llegar como familiares, o algo así...
Esto me lo decía el compañero Orosmín Leguizamón, en el momento en que apagaba la moto en que viajábamos.
Encendió un cigarrillo. Atardecía lentamente. Al costado había un monte de eucaliptos, se escuchaba el mugir de algunas vacas, que se acercaban caminando pesadamente, a buscar el abrigo de los árboles cercanos.
Al poco rato, luego de caminar para estirar las piernas, Leguizamón tiró el pucho con un tinguiñazo y volvió a poner la moto en marcha.
Era aquel camino de bajos y repechos, de cañadas. Teníamos que bajar a veces de la moto, bordear un alambrado y empujarla. Así viajábamos, hasta que a él se le ocurrió hablar como si le dieran cuerda. Teníamos la mitad del camino hecho y eso lo tranquilizaba, no sabíamos si nos alcanzaría la nafta. ¡Qué noticia!
–Pero se está portando bien la pobre moto de Toledo. Atada con alambres, la usamos todos los de los sindicatos de Treinta y Tres.
–¿Ya estamos cerca de la Charqueada? –pregunté–.
–Sí, sólo podemos hacer dos asambleas este fin de semana, ¿sabes?
Leguizamón, a los gritos, cantaba tangos de Gardel que yo no podía acompañar, porque no sabía toda la letra. Me sentía contenta... Montevideo había quedado lejos. Y ahora tenía ante mí el campo, lleno de movimientos extraños.
¿Por qué estaba yo allí? La intención era cumplir con el pedido de las compañeras de los arrozales. Querían que fuera una mujer de algún sindicato de Montevideo, para que asistiera a sus reuniones.
Se preparaba una huelga muy especial y ellas, como esposas, estaban tan involucradas como ellos. Toda la familia estaba en el conflicto, dentro y fuera del predio del patrón.
Nos preocupaba que la familia viviera dentro del campo del patrón, en el arrozal. ¡De eso iba a hablar con ellas!
Era la primera vez que hacía un trabajo sindical fuera de la fábrica; no sabía cómo me recibirían y estaba nerviosa. Yo sabía hablar en las asambleas de mi sindicato, pero allí era distinto, tenía miedo a que me tomaran a mal, como una fabriquera montevideana... ¡Qué sé yo! ¿Cómo me tomarían? ¿Cómo les iba a hablar? ¿Cómo les iba a explicar que sería una huelga difícil? Pero no fue necesario, ellas ya lo sabían, fue como continuar un diálogo ya iniciado por otros.
Leguizamón dijo que estábamos cerca, a la vez que apagaba la moto en el bajo y la dejaba ir un poco, aguantándola con los frenos, salvando alguna huella de carro al borde del camino. En aquel montecito de árboles cargados de pelotitas, escondimos la moto muy cerca del alambrado y empezamos a caminar por el "feudo". Primero un repecho y luego una bajada. Ya habíamos dejado el camino que lleva a la estancia, teníamos temor de que alguien pasara, nos viera en la "propiedad privada" y vinieran a ver quiénes eran esos extraños: nosotros.
Al fondo de una cañada, junto al agua, alguien nos hizo señas con la mano. Eran dos compañeras que nos esperaban. La distancia que habíamos recorrido a pie me hizo bien, las piernas se me habían dormido en el viaje, ahora las sentía mejor.
Al acercarnos, me sentí más tranquila. Nos esperaban y empezamos la reunión. Me presento y digo que soy del sindicato textil, que en mi gremio somos muchas mujeres.
Nos sentamos en el suelo, atardecía. Seguimos hablando. Fueron llegando más mujeres, serían doce o quince, rostros curtidos por el sol, tan serias, tan fuertes...Y allí, sencillamente, en rueda de mate, empezamos a hablar de la huelga, que sería difícil, que ellas eran muy importantes porque vivían dentro de la propiedad del patrón, ¿eso no las asustaría?, que se debían discutir todos los posibles problemas que se les pudieran presentar a sus familias.
Ahí estarían ellas solas, pero contaban con la solidaridad de otros gremios, moviéndose en Treinta y Tres y en Montevideo y les ayudarían. De a poco todas fueron hablando y coincidiendo:
–¡Total! pa’ vivir así...
Y allí, sin tener en cuenta la hora, fuimos sintiendo que el pasto, empezaba a estar húmedo. Nos pasábamos el mate, único calorcito que nos acompañaba. Ya empezaba a refrescar. Algún cigarrillo, como bichito de luz, denunciaría la rueda, que vista de lejos parecería un grupo de luciérnagas, jugando sobre el agua de la cañada.
–¿Es la primera vez que se habla de sindicato aquí? –pregunto–.
–Sí.
–¿Miedo? Sí, miedo sí... Pero para vivir como vivimos, ya me dirá...
Continuó Elvira diciendo:
–Algunas, las más jóvenes nacieron aquí, crecieron y se juntaron aquí, ahora tienen hijos sin haber salido nunca del arrozal, algunas no conocen ni siquiera la ciudad de Treinta y Tres, como mi hija Isabel, ¡y tiene 8 años!
Hablan tranquilas, son las que miran a los ojos, las que interrogan con la mirada. Arrugas que quitan brillo a la cara, falta de dientes en la mayoría, mintiendo la edad de esas mujeres, que, jóvenes, parecen viejas, pómulos salientes, y sonrisas que iluminan sus caras cuando hablan...Me observan, buscando muestras de aprobación.
–¡Total, pa’ vivir como vivimos! Digo yo... ¿No?...
–Pa que los maridos ganen más, los ayudamos... No crea que tenemos paga, salario o como se llame, nada de eso. En cambio, doblamos el espinazo de sol a sol. No tenemos horario, a veces catorce o quince horas, depende, con el agua hasta las rodillas, oliendo el podrido del barro, y las pestes, sintiendo las sanguijuelas chupándonos la sangre de los tobillos y las canillas, los mosquitos ganándose, hasta por debajo de la ropa, picotazos que arden más que las ortigas...
Hizo un silencio y siguió hablando:
–Sí, sí, pero en fin, estamos acostumbradas y no nos damos cuenta.
Quise hablar pero Leguizamón, que estaba sentado a mi lado, agarrándome el brazo y sin decir palabra me dio a entender que la dejara seguir hablando.
–De sindicato no sabemos nada, pero de miseria sí.
Se puso más seria. Tal vez pensando que el sindicato, allí, tenía algo que ver con la comida, agregó:
–¡Seguro que acompañamos! Y si los maridos van a la huelga, nosotras seremos las primeras, esto no es vida. Total, pa’ vivir así... El patrón se acuerda de nosotras solamente cada cuatro años, cuando nos viene a buscar pa’ votar, y en cuanto a la plata no la conocemos, nos pagan con bonos que tenemos que canjear en el boliche por comida y ropa, y el boliche también es del patrón. Por eso siempre estamos debiéndole al patrón, ¡claro! La plata pasa de largo, no queda en el bolsillo...
En cada silencio de la portavoz, las miradas de las otras mujeres se cruzaban, asintiendo con un lento movimiento de cabeza; formaban un solo sentimiento:
–Total, pa’ vivir así...
Traté, con palabras breves y claras, de transmitirles nuestro afecto y solidaridad. Expliqué que no sabíamos cómo reaccionaría la patronal, si buscaría la complicidad policial para desalojar a las familias. Pero había que preverlo todo. ¿Estarían dispuestas a perder si se fracasaba? ¿A quedar sin rancho, sin trabajo? No sería fácil para ellas cuando el patrón las mandara desalojar de "sus tierras", cuando no dejaran volver a sus maridos y los despidieran por sindicalistas.
Se pensó en todo, se les dio tiempo a todos, a ellas también. Porque las mujeres jugarían en el espacio vital, en el lugar de trabajo. Por eso se hicieron pequeñas reuniones donde ellas hablaron y opinaron, se integraron, fueron parte.
El sindicato, recién creado, era el protagonista. Pero el sindicato hace, a la hora de hacer fuerte un nombre, que las protagonistas sean cada una de ellas, que la fuerza dependa de cada mujer, de cada familia, de cada hombre, todos juntos, pero, sobre todo, de la firmeza individual, que no se puede delegar a nadie, cuando vengan a golpear tu puerta.
–Si nos quieren echar, ¡no nos vamos!
–¡Este es nuestro rancho!
-–Es como parte del salario, dice mi marido.
–¡Ni que vengan los milicos! ¡No nos vamos!
–No nos van a sacar de arrastro, supongo.
–¡Nos tiramos al suelo y chau!
–¡Ni aunque estemos solas en casa con los gurises!
–¡No! ¡Nos encerramos y chau!
Elvira agrega: -Apoyamos la huelga por ocho horas de trabajo y salarios justos en dinero y nada de bonos, pa’ poder comprar la comida y la ropa donde se nos antoje... O comprarles a los bagayeros, que venden más barato. Si es por eso que tenemos que ir a la huelga, ya está... Espero que estén todas de acuerdo.
Elvira había ido tres años al liceo de Treinta y Tres, cuando vivía con la tía, y se había casado con un compañero de clase. Como muchos, tuvo que dejar de estudiar y volver a La Charqueada, y así continuar la vida que habían llevado sus padres. Pero ella quería vivir mejor, porque sabía que podía.
Me imaginé que las demás, asintiendo, decían a coro: –¡Total, pa’ vivir así!
Todo me recordaba a las mujeres del Cerro, estaban allí, éramos todas nosotras. Allí, en el medio del campo, también recordé a los compañeros textiles en los momentos difíciles, cuando pensábamos juntos, cuando dudábamos.
Me trajo a la realidad Leguizamón, que me puso la mano en el hombro y me dijo: –Vamos, que todavía nos queda un largo camino. Ya vendremos otro día. Mañana tenemos una reunión en La Charqueada.
Nos despedimos con la promesa de volver lo más pronto posible a pasar el día, para visitar sus casas, recorrer el campo juntas, comer un asado o un puchero tranquilas y hablar de cosas nuestras.
Me abrazaron y me regalaron esa forma de ser, ese sentimiento de cariño y amistad, sentía una mezcla de alegría y tristeza. Ellas se mezclaban con el paisaje, la tierra, la fuerza. Sus ropas despedían olor a cocina de leña, ese olor a hogar que me hubiera gustado compartir.
El trayecto hasta la moto lo hicimos en silencio, volviéndonos dos o tres veces para saludar con la mano. Ellas nos miraban, saludándonos de pie.
Ya en la carretera, Leguizamón empezó a recitar en voz alta, para sacarme de aquel silencio en que me encontraba, uno de los poemas de García Lorca, mientras la moto ganaba terreno, con poca luz.
Orosmín Leguizamón era un obrero metalúrgico, un gran compañero. Nos conocimos en las Juventudes Socialistas, donde militábamos desde hacía tiempo. Yo sabía poco de él. Cuando el resto de los compañeros me propuso para la tarea de apoyatura del trabajo, que había empezado el maestro Manuel Toledo en Treinta y Tres, con los trabajadores rurales, no dudé. No sabía lo que tenía que hacer, ni cómo me movería. Confiaba en los compañeros y me fui con Leguizamón, que resultó ser un compañero fuera de serie, respetuoso, sencillo, humilde y capaz de pasar dos o tres días sin comer y seguir hablando serenamente, sin decir que tenía hambre, tomando mate con los compañeros de los arrozales.
Llegamos a la ciudad de Treinta y Tres, a casa de Manuel Toledo, que nos esperaba con el proyecto de trabajo para ese fin de semana. Se iban sumando reclamos salariales. En la Charqueada, un pueblo en medio de los arrozales, el seguimiento de esos reclamos Manuel lo llevaba acompañado por un abogado.
La casa de Toledo era como el local de un sindicato. A pie o en bicicleta llegaban compañeros que se sumaban a la rueda de mate, que terminaba en ruedas grandísimas, donde se hablaba y se escuchaba con mucha atención a los obreros que llegaban del arrozal. Era una forma distinta de hacer sindicalismo: estaba metido en la vida cotidiana.
Yo, tímidamente, me ubicaba en un rincón y escuchaba esas conversaciones donde no había promesas.
Como Manuel era maestro rural, a algunos les enseñó a leer y a escribir, a otros los caminos de la liberación.
Cada vez que iba, yo sentía que aprendía nuevas cosas, de todos ellos, de los compañeros, de Manuel Toledo y de Leguizamón.
Manuel era un motorcito organizador. Con palabras sencillas sabía hacer pensar a quien le escuchaba, y así, como armando un collar de cuentas, uno a uno, se fue vertebrando el sindicato agrícola. SUDA, Sindicato Único De Arroceros, nunca mejor sigla, que recuerda el sudor de cada día de los trabajadores.
Aquel primer fin de semana seguimos hacia Lascano.
Sobre la media noche, vimos en el camino la luz de una pequeña fogata a lo lejos. Al acercarnos encontramos a un hombre sentado en una piedra, una lata de agua caliente, tomando mate, solo, al costado de dos grandes máquinas segadoras. Era el cuidador. Nos saludamos y tomamos unos mates. Yo me tambaleaba de sueño, me iba de costado, el hombre me sugirió que me subiera a una de las cabinas de las máquinas, que allí dormían dos de sus pequeños hijos. Acepté y él me tiró un poncho por encima.
Leguizamón siguió hablando con él toda la noche. Entre sueños oigo risas y trozos de algún cuento. El cansancio me inmoviliza y duermo hasta que unas gotas de lluvia me despiertan. Ya estaba amaneciendo.
Salimos apenas aclaró. Era domingo. A la tarde haríamos otra reunión en otro lugar, pero ya sé cómo empezar a hablar. Ellas me enseñaron como hacerlo: sencillamente.
El lunes volvía a la fábrica, a mi máquina, con una sensación de angustia, de impotencia, pensando en los días que se avecinaban para aquellas mujeres.
Trescientos quilómetros nos separan. Recuerdo esos fines de semana, recuerdo aquellas formas que, en la semioscuridad, se movían. Las mujeres del arrozal levantándose, avanzando, y diciendo a coro: –¡Total, pa’ vivir así!
Desde el Arrozal 33 sale una carta dirigida a la opinión pública:
"Las mujeres de los arroceros nos organizamos en este momento tan duro. Frente al hambre y miseria de nuestros hogares, queremos hacer conocer nuestra movilización junto a la lucha de nuestros esposos, hijos y hermanos. Nos dirigimos a la opinión pública, a las obreras y a las amas de casa, especialmente, reivindicando la plataforma del SUDA, reclamando un lugar en la lucha".
Esta carta, resuelta en asamblea, invoca a textiles, amas de casa, metalúrgicas, friyeras, empleadas, estudiantes: ¡Haz tuya esta lucha!
La firmaron Blanca Farías de Pérez, secretaria, y Hortensia Sosa de Echeverria, prosecretaria, en mayo de 1957, departamento de Treinta y Tres.
El 22 de mayo, cuando la marcha permanecía en Montevideo, haciendo gestiones en el Ministerio de Trabajo, en el Arrozal 33 el patrón pretendió sacar un camión de arroz de la planta en conflicto. Un muro de mujeres indignadas se lo impidió. La policía las reprimió a culatazos y el camión arremetió contra ellas, dispuesto a pasarles por encima. Ese episodio permitió que ellas negociaran con la policía que no sacarían más granos del establecimiento mientras durara la huelga. Los sindicatos de la ciudad de Treinta y Tres pidieron guardia policial en la puerta del Arrozal, para que no se repitiera el episodio.
Fue una huelga muy dura la de 1957. La solidaridad llamó al paro general en Montevideo. Todos respondieron al llamado y a su plataforma: ocho horas de trabajo y salario mínimo para los trabajadores agrícolas. Para los que lucharon en el arrozal, esa huelga se ganó. Y las familias participaron. Y las mujeres fueron importantes.
Dos años más tarde, Leguizamón tuvo un accidente de tránsito que truncó para siempre su actividad sindical. Según nos contó Roberto Dotti, que vio el accidente, lo sacaron de entre los hierros, donde su cabeza había quedado aprisionada. Pasó cuarenta días en estado de coma profundo. Cuando se recuperó, nunca más fue él mismo: falta de memoria, incoherencia en el hablar. Nunca más se acordó enteramente de quién fue.
Volvió, con 26 años, a una infancia sin recuerdo, ni pasado, ni futuro, con la ingenuidad de un niño. Cuando algunos meses más tarde lo encontré en Casa del Pueblo me costó reconocer a aquel entusiasta luchador.
¡Qué tristeza cuando murió, hace unos años! ¡Ninguno de nosotros lo pudo ayudar a recobrar su frescura!
Veinte años después de aquellas jornadas arroceras, Manuel Toledo, que seguía militando diariamente por los compañeros del interior, cayó preso de la dictadura y murió a consecuencia de las torturas en la negra noche de la cárcel uruguaya. Manuel Toledo era un hombre peligroso, por su palabra, su pedagogía, su sencillez, por su firmeza en la lucha contra la injusticia. No esperaba nada para sí mismo. Eso le permitió ser libre siempre, aún cuando estuvo preso. Así murió.
* Tomado del libro inédito Dónde estaban las mujeres. La autora, ex obrera textil de 75 años de edad, relata vivencias de luchas sindicales en las que participó de 1954 a 1964, y también rescata historias de trabajadoras textiles, de FUNSA, de los frigoríficos del cerro y de la caña de azúcar en Artigas.
María Julia Alcoba
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María Noel Riccetto
Orgullo, uruguaya hasta la médula
Yyyy!!!! Este pueblo tiene algo especial, si lo tendrá, que año a año surgen valores, de características asombrosas, de esos que uno dice, ¡tienen un don muy especial!
Somos poquitos, somos chiquitos, tampoco muy ruidosos, pero que temple, que personalidad, pero por sobre todo, orgullo de esta tierra, hecha, como dice en su canción Tabaré Cardozo, “Vengo de un sitio perdido en el Sur, entre gallegos y tanos, soy un criollo mestizo y cantor, que se acuno con el tango compadrón”…”Madre milonga llorando su amor, padre tambor africano”…”Y el paso doble de un barco a vapor, herencia de gaditanos” . Artigas, Gardel, Francescoli, Ghiggia, Suárez, Cavani, Zitarrosa, Wynants (Milton), China Zorrilla, Juana de América, Delmira Agustín, Onetti, Alberto Candeau, Juan Zorrilla, Belloni, Drexler, Torres García, Paez Vilaró, y como olvidarnos de Dionisio Díaz, y tendríamos millones más para nombrar, y a veces me pregunto ¿no somos tres millones?
Somos un país futbolero (vaya novedad, no?), pero somos un país de gran cultura, con mucha estirpe y grandeza!
Y hoy tenemos el hermoso orgullo de decir, que tenemos entre nosotros, a una eximia artista, con características excelsas, extremas, brillantes. Artista Uruguaya, que renunció al American Ballet Theatre de NY (ABT), para darnos, para ofrecernos su talento, su nombre: ¡María Noel Riccetto!
En los últimos días, en distintos medios de prensa, nos ha deleitado, con su sencillez, su amabilidad, su dulzura, su expresividad, su delicadeza al expresar, su amor por su país, por su FAMILIA, con un encanto natural. Y si eso, nos deja esta bella personita, que podremos decir de su disciplina la Danza Clásica. A los 8 años rindió pruebas entre 1200 participantes, fue elegida junto a 27 bailarines, para la Escuela Nacional de Danza. A los 15 años fue seleccionada para integrar el Cuerpo de Baile del SODRE. En el año 98, el gran crítico de danza, Washington Roldán, entrega a María, el Premio Revelación, que la catapulta, y le da fuerza para emigrar a EEUU NY, que gracias a una Beca, logra ingresar al Gran American Ballet Theatre.
Allá por el 2003, con sus 22 añitos, llega a Montevideo, para presentarse junto a un monstruo de la Danza, Julio Bocca, realizando en el Conrad de Punta del Este, la obra “El Corsario”.
Hoy después de muchos años en el exterior, una bailarina consagrada, en el esplendor de su carrera, decide por su don de persona, y de agradecida a este Uruguay, regresar al Cuerpo de Baile del SODRE, para decirnos, aquí estoy, porque…………… porque amo mi País!
Gracias María Noel Riccetto!!!!
Gracias por tu talento!!!!!!!!!!!!!
Gracias por ese modo gestual, de algo tan simple,………………como tu sonrisa!!!
Pero más Gracias, por ser, la maravillosa Señorita Uruguaya, que engrandece nuestra Patria!
Mis disculpas y mis agradecimientos a dos grandes de la literatura, Uruguaya y Mundial, Eduardo Galeano (mi maestro), y Mario Benedetti!
Escrito por: Wilson Julio Márquez
http://www.lr21.com.uy/enredados
QUINO: "ME SIENTO VIVIENDO EN UN MUNDO QUE NO ENTIENDO"
"Me siento viviendo en un mundo que no entiendo" aseguró Quino en la Feria del Libro de Buenos Aires.
El dibujante argentino Joaquín Salvador Lavado, "Quino", el "padre" de Mafalda, aseguró que se siente "torpe e inútil para interpretar el mundo" actual, pero que si Mafalda aún existiera "diría lo mismo que dijo siempre" porque las situaciones y problemáticas siguen siendo las mismas.
"Ahora estamos en una etapa de la cual yo me siento muy ajeno porque hay cosas que no entiendo", sostuvo Quino en una rueda de prensa en el marco de la 40° Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, evento que lo tuvo como principal orador en la inauguración del pasado jueves.
"El bitcoin es algo que a mí me vuelve loco. ¿Cómo va a existir una moneda que se cotiza en bolsa y la gente invierte, compra y vende? ¡Y que no existe!", enfatizó el dibujante.
Además, el artista renegó de la tecnología que "ha cambiado muchísimo el mundo" a su entender "para peor" por "esto de estar todos tan comunicados y después, personalmente, no estar comunicados con nadie".
"¿El mundo hacia dónde va? No sé, es lo que uno se ha preguntado desde que nació. A uno no lo dejan ilusionarse con muchas cosas porque se da cuenta que seguimos cayendo en las mismas cosas siempre", reflexionó.
Comprometido con la actualidad, a sus 81 años, el creador de Mafalda desea que el mensaje que les llegue de su obra a las nuevas generaciones sea el que ha querido transmitir desde un principio: "a ver si los seres humanos nos entendemos mejor y nos dejamos de manejar tan mal el planeta".
De muy buen humor y sumamente amable con toda la prensa, Quino se mostró feliz de ser una de las figuras homenajeadas en la cuadragésima edición de la cita literaria más importante de Suramérica.
"Lo bueno que tiene la Feria del Libro es que uno conoce a la gente que lee lo que uno hace y charlar con los lectores siempre es muy bueno, porque sino el trabajo del dibujante es muy solitario", explicó el artista.
El padre de Mafalda dijo que desde chico se tomó el dibujo "como una religión ortodoxa" a la que le dedicaba todo su tiempo y que debido a eso le "pasaron por el costado muchas cosas buenas de la vida", de las que no se enteró por su "obsesión por los detalles".
"Inclusive toda mi adolescencia fue ausente de chicas. Me gustaba mirar a la mujer (para dibujarla), pero después era como Felipe: arrimarme a una era una cuestión complicadísima", recordó.
"No me la imagino", respondió Quino al ser interrogado cómo cree que sería hoy Mafalda, que el próximo septiembre cumplirá 50 años, y aseguró que no ha pensando en ella, ni en los demás personajes, desde que en 1973 dio por terminada la mítica historieta.
"Hay gente que se plantea si Susanita se hubiera casado con Felipe y ese tipo de cosas. A mí jamás se me ocurre porque no los siento como personas de verdad a mis personajes", confesó el caricaturista.
Quino afirmó que, aunque haya gente que se enoja cuando lo dice, siempre ha visto a sus creaciones como meros "dibujitos".
"Yo me comparo con un carpintero que le gusta trabajar la madera y entre los muebles que le salen habrá alguno que le gusta más que otro, pero a todos los quiere igual", explicó.
El dibujante contó que, ahora que ya no dibuja, no suele reflexionar sobre lo que ha hecho a lo largo de toda su carrera y al mirar hacia atrás, cuando ve su vasta producción, se pregunta "cómo pude dibujar tantas cosas".
"Es como si lo hubiera hecho otro", sostuvo.
EFE
http://www.montevideo.com.uy/
1º DE MAYO: PIT CNT DEFINE PROCLAMA
Público y privado
Bajo la consigna “Más conquistas para seguir avanzando”, este jueves se celebra un nuevo Día de los Trabajadores. El dirigente del Pit Cnt, Gabriel Molina, dijo a Montevideo Portal, que en la proclama “tocaremos temas como la inversión pública y la necesidad de fomentar la participación del Estado en algunas áreas”.
Bajo la conquista "Más conquistas para seguir avanzando", este jueves se celebra un nuevo Día de los Trabajadores.
El acto central organizado por el Pit Cnt se realizara en la Plaza Mártires de Chicago y comenzará a las 11.30 hrs.
En el evento harán uso de la palabra la Secretaria de Género - Equidad y Diversidad, y la Central de Trabajadores de Cuba. La lectura de la proclama estará a cargo de los integrantes del Secretariado Ejecutivo del Pit Cnt, Gabriel Molina y Fernando Pereira.
Consultado por Montevideo Portal, Molina destacó que "en cuanto a lo reivindicativo, tocaremos temas como la inversión pública y la necesidad de fomentar la participación del Estado en algunas áreas. También el trabajo en conjunto hacia le sistema de compras públicas".
"A nivel internacional la proclama se centrará sobre la base de la solidaridad con Bolivia, Ecuador y Venezuela, ante los intentos de desestabilización de sus gobiernos", destacó Molina.
Según el dirigente sindical, la campaña electoral no estará presente en la proclama, "aunque nuestro programa se contrapone a muchas propuestas electorales y pueden dar lugar a la discusión a partir del momento que se pone el tema arriba de la mesa".
"Hay algunas propuestas de eliminar los Consejos de Salarios por ejemplo. Nuestro programa es distinto", enfatizó Molina.
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Montevideo Portal
Exposición sobre 25 años de la muerte de Sendic hasta el 31 de mayo en Museo de la Memoria
El Museo de la Memoria abrió este viernes la exposición denominada: “Raúl Sendic. Hombre y mito”, la cual se podrá visitar hasta el sábado 31 de mayo. El evento se realiza en el marco de los 25 años de la desaparición física de uno de los fundadores del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros.
Este lunes 28 de abril se cumplen 25 años de la muerte de Raúl Sendic Antonaccio, y 50 años de la marcha de los cañeros de Bella Unión bajo la consigna: “Por la Tierra y con Sendic”.
En ese marco, el Museo de la Memoria presenta una exposición en homenaje a “un hombre que fue una referencia ineludible en nuestra historia reciente, y que en el acierto o en el error, defendió con su vida sus ideas y puso su cuerpo en la lucha por la justicia social”.
La exposición se denomina: “Raúl Sendic. Hombre y mito”, y podrá visitarse hasta el sábado 31 de mayo.
Raúl Sendic Antonaccio
Sendic fue conocido como “el Bebe”, nació el 16 de marzo de 1925 en Chamangá, paraje rural del departamento de Flores, Uruguay, y falleció el 28 de abril de 1989 en París, donde acudió para atenderse de la enfermedad de Charcot-Marie-Tooth.
Sendic fue el quinto hijo de Victoriano Sendic y Amalia Antonaccio. Cursó la educación primaria en la escuela rural del lugar, y la secundaria en Trinidad, la capital de Flores.
En 1943, al terminar la secundaria se trasladó a Montevideo y se inscribió en la Facultad de Derecho de la Universidad de la República y obtuvo el título de Procurador.
Su militancia gremial la comenzó en sus años de liceal, cuando se integró al Partido Socialista Uruguayo.
En 1957 comenzó su trabajo sindical entre los trabajadores rurales del norte del país, junto a otros militantes socialistas y comunistas, ello dio lugar a la creación de varios sindicatos, siendo el más conocido el de los trabajadores azucareros (UTAA) en 1961.
En 1960 viajó a Cuba y conoció las transformaciones revolucionarias emprendidas por el pueblo cubano.
En 1963, tras el robo de armas del club “Tiro Suizo” de Nueva Helvecia, se requirió por primera vez su captura, y permaneció en la clandestinidad.
Sendic participó como fundador del Movimiento de Liberación Nacional – Tupamaros en 1966.
Fue apresado en agosto de 1970, y participó de la fuga del penal de Punta Carretas en setiembre de 1971 junto a otros 110 prisioneros, por un túnel excavado desde la cárcel.
Pero en el año 1972 fue nuevamente detenido, tras un intenso tiroteo que lo dejó gravemente herido al destrozarle una bala la mandíbula.
Estuvo 13 años privado de su libertad y en condiciones infrahumanas, como rehén de la dictadura. Fue liberado con la recuperación de la democracia el 14 de marzo de 1985.
Participó de la reorganización del MLN-T.
Raúl Sendic Antonaccio tuvo cinco hijos: Raúl Fernando, Ramiro, Jorge Raúl, Alberto y Carolina.
http://www.lr21.com.uy/cultura/1171197
lunes, 28 de abril de 2014
OIT: Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo centrado en la prevención
La Organización Internacional del Trabajo (OIT), convoca este 28 de abril Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo a poner especial énfasis en dos temas medulares.
Con la prevención de los accidentes y enfermedades profesionales como tema fundamental a abordar en los distintos actos que se cumplirán en el mundo entero, la OIT focaliza particularmente el área del uso de químicos en el trabajo.
Al conmemorar esta fecha institucionalizada desde el año 2003, la OIT ha deseado poner especial énfasis en que reconocer que “los productos químicos son la llave para una vida saludableacorde a parámetros modernos que van desde los pesticidas que han mejorado la calidad de la producción de alimentos, a los productos farmacéuticos que curan enfermedades, pasando por los productos de limpieza que ayudan a mantener condiciones de higiene para una vida más saludable”. Advierte sin embargo la organización que “gobiernos, empleadores y trabajadores continúan sin atender debidamente las consecuencias negativas de la falta de control a la exposición de químicos, tanto en los lugres de trabajo, como en lo referente a limitar las emisiones al medio ambiente”, según publica en su página oficial http://www.ilo.org
Varios deberes a cumplir en el marco general de la salud laboral
La OIT entiende que si bien hay un creciente marco de atención y preocupación mundial por la seguridad y la salud en el trabajo, existen aún grandes contingentes humanos de emigrantes y trabajadores marginales, que corren más riesgos de sufrir accidentes laborales y afecciones de salud profesionales, en tanto la pobreza los obliga a aceptar trabajos poco seguros.
La OIT entiende que deben realizarse mayores esfuerzos nacionales, regionales e internacionales, para tratar los temas generales, tanto como los destacados para este 2014, apuntando a un marco de concientización que se desarrolle desde cada trabajador, a su centro de trabajo, las comunidades y las naciones, con acciones concretas y esfuerzos coordinadores desde los gobiernos y sus administraciones.
http://www.lr21.com.uy/mundo/
Mujeres de la literatura: Idea Vilariño
Recordando a la gran Idea Vilariño, hoy se cumple un nuevo aniversario de su fallecimiento
Figura destacada en el mundo literario rioplatense, Vilariño brilló por la imaginación, austeridad e inmediatez descarnada de sus poemas. Sin duda, una de las mayores poetas de habla hispana.
Figura destacada en el mundo literario rioplatense, Vilariño brilló por la imaginación, austeridad e inmediatez descarnada de sus poemas. Sin duda, una de las mayores poetas de habla hispana.
La poeta del amor, el dolor y la muerte
Ubicada por Ángel Rama en la promoción que denominó “Generación Crítica”, cuyas producciones abarcaron treinta años durante 1939 a 1969. Según el crítico, “La imaginación creadora y la conciencia crítica son los rasgos diferenciadores de las dos promociones que constituyen la generación en cuestión (…) tal conciencia corresponde a una óptica para ver la realidad pero no tiene ninguna vinculación forzosa con estilos literarios (realismo) ni con filosofías (marxismo) pudiéndose en cambio comprobar que abraza muy dispares orientaciones (…) En sus manifestaciones primeras la conciencia crítica es simplemente una insatisfacción ante lo que ofrece la vida y mundo a un joven, cuando no una retracción hacia la vida interior que vale por un implícito juicio del contorno”.
A los rasgos generacionales debemos agregar su original forma de traspolar la tradicional temática española centrada en el amor y la muerte. Este aspecto infunde a su obra homogeneidad y cierta obsesión a lo que se vuelve una y otra vez.
De acuerdo a la opinión de Juan Gelman “La poesía de Idea Vilariño es única en la lengua castellana por su temblor austero. Y mucho más. Hay quienes la dividen en etapas, pero su voz desde el inicio ha convocado a la memoria y la esperanza. Insiste en el arte de no dejarse morir, ese vértigo que sabe que va a morir. Ha vagado por los arrabales en ruinas del amor para encontrarlo en cada piedra. ¿Con qué comparar esa lealtad a lo que no se sabe y no se puede negar? Su poesía nos deja entrar, pero no salir. No hay trucos ni espejismos, hay espejos. Hace la memoria de mañana y funda un destino en la lengua. No informa, encuentra y logra que el otro participe en el encuentro. Internarse en ella es como tocar en vez de oír o ver ´las materias desgarrantes’. Más que comunicación, hay comunión. El otro descubre en ella un espacio ignorado de sí mismo, ya bautizado para siempre con las palabras de Idea que lo develaron. Despierta lo que dormía en cada quien, le abre tierras que no sabía que tenía y por eso no sabía tener. Las inunda empujada por un hambre feroz e inexplicable en movimiento perpetuo. Es decir, tiene confianza en avenidas posibles de infinito. Buscar lo que ha muerto para que no se muera es una ética de la memoria. Es la ética de esta poesía”.
Sus poemas, atravesados por el tiempo y el amor, la vida y la muerte, los desencuentros y desengaños, transmiten una experiencia íntima, aguda, penetrante, visceral y dolorida.
Noticia biográfica
Poeta, ensayista, compositora de canciones, educadora y traductora uruguaya, nació en Montevideo en 1920. Antes de llegar a los treinta años, era una figura reconocida en el Río de la Plata por su talento en muchas de las disciplinas mencionadas. Durante la última mitad del siglo XX críticos y profesores de todo el mundo.
Fue Profesora de Literatura de Enseñanza Secundaria desde 1952 hasta el golpe de estado en 1973. Luego de restaurado el sistema democrático, desde 1985 fue docente en el Departamento de Literaturas Uruguaya y Latinoamericana en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad de la República.
Escribió desde muy joven; y sus primeros poemas ya maduros fueron concebidos entre los 17 y los 21 años. Su personalidad y convicciones la llevaron durante muchos años a rechazar cualquier tipo de promoción de su nombre y de su obra. A pesar de ello, obtuvo varios premios internacionales y ha sido traducida a otros idiomas. Se cuenta que, por su personalidad y convicciones, Idea Vilariño rechazó durante largo tiempo toda posibilidad de promocionar su obra, hasta negarse a dar entrevistas de cualquier tipo.
Su obra ha sido traducida a varios idiomas, como el italiano, alemán y portugués.
Como compositora, se pueden mencionar cuatro canciones emblemáticas pertenecientes a la música popular uruguaya: “A una paloma” (musicalizada por Daniel Viglietti), “La canción y el poema” (musicalizada por Alfredo Zitarrosa), “Los orientales” y “Ya me voy pa la guerrilla” (musicalizadas por Los Olimareños).
De sus traducciones sobresalen los trabajos realizados sobre Shakespeare, reconocidos ampliamente por la crítica.
Integró la generación de escritores de diversa índole que surgieron artísticamente desde 1945 a 1950 que fue llamada Generación del 45. En ella también pueden ubicarse también Juan Carlos Onetti, Mario Benedetti, Sarandy Cabrera, Carlos Martínez Moreno, Ángel Rama, Carlos Real de Azúa, Carlos Maggi, Alfredo Gravina, Mario Arregui, Amanda Berenguer, Humberto Megget, Emir Rodríguez Monegal, Gladys Castelvecchi y José Pedro Díaz entre otros.
Participó en numerosas apuestas poéticas. Estuvo concretamente entre los fundadores de la revista Clinamen, y Número, de peso entre 1945-1955 (por lo que conoció a Juan Ramón Jiménez); y se encontró entre los colaboradores de otras publicaciones como Marcha, La Opinión, Brecha, Asir, y Texto crítico.
Falleció en Montevideo en abril de 2009.
La obra:
Poesía: La suplicante (1945); Cielo Cielo (1947); Paraíso perdido (Número, 1949); Por aire sucio (Número, 1950);Nocturnos (1955); Poemas de amor (1957); Pobre Mundo(1966); Poesía (1970); No (1980); Canciones (1993; Poesía 1945 – 1990 (1994); Poesía completa (Montevideo. Cal y Canto. 2000).
Poesía: La suplicante (1945); Cielo Cielo (1947); Paraíso perdido (Número, 1949); Por aire sucio (Número, 1950);Nocturnos (1955); Poemas de amor (1957); Pobre Mundo(1966); Poesía (1970); No (1980); Canciones (1993; Poesía 1945 – 1990 (1994); Poesía completa (Montevideo. Cal y Canto. 2000).
Ensayos: Grupos simétricos en la poesía de Antonio Machado (1951); La rima en Herrera y Reissig (1955);Grupos simétricos en poesía (1958); Las letras de tango (1965);El tango cantado (1981).
Traducciones: Guillermo Enrique Hudson: La tierra purpúrea, Caracas, Biblioteca Ayacucho, 1980 (traducida junto con Jaime Rest). Guillermo Enrique Hudson: Allá lejos y hace tiempo, Caracas, Biblioteca Ayacucho, 1980 (traducida junto con Jaime Rest).
Poemas de Vilariño......
Ya no será…
Ya no será,
ya no viviremos juntos, no criaré a tu hijo
no coseré tu ropa, no te tendré de noche
no te besaré al irme, nunca sabrás quien fui
por qué me amaron otros.
No llegaré a saber por qué ni cómo, nunca
ni si era de verdad lo que dijiste que era,
ni quién fuiste, ni qué fui para ti
ni cómo hubiera sido vivir juntos,
querernos, esperarnos, estar.
Ya no soy más que yo para siempre y tú
Ya no serás para mí más que tú.
Ya no estás en un día futuro
no sabré dónde vives, con quién
ni si te acuerdas.
No me abrazarás nunca como esa noche, nunca.
No volveré a tocarte. No te veré morir.
El fuego
Sin él
aquí
sin él.
Su fuego susurrando.
Dónde el sueño cumplido…
Dónde el sueño cumplido
y dónde el loco amor
que todos
o que algunos
siempre
tras la serena máscara
pedimos de rodillas
http://cristinadaniele.escritoresdepinamar.com/
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