jueves, 7 de agosto de 2014

El "efecto Guido" en las Abuelas de Plaza de Mayo que aún esperan en Argentina


Ignacio de los Reyes
BBC Mundo, Cono Sur


La abuela Sonia Torres siente esperanzas renovadas tras el hallazgo de Guido. Foto: Abuelas Córdoba.
En la sede de las Abuelas de Plaza de Mayo, en la calle Virrey Cevallos de Buenos Aires, cuentan en la organización que a juzgar por el aluvión de consultas, la de este miércoles pudo ser una jornada récord.
Es el efecto de Guido, el nieto 114, el descendiente de la presidenta y fundadora de Abuelas, Estela de Carlotto.
Ambos ya se encontraron en la casa de la familia Carlotto en la ciudad de La Plata, en un encuentro privado para preservar la intimidad del hombre, que de un día para otro se convirtió en uno de los más conocidos de Argentina.
Su sorpresiva identificación esta semana como uno de los rostros más esperados por la comunidad de Derechos Humanos del país hizo que muchos otros jóvenes de entre 30 y 38 años con dudas sobre su verdadera identidad se animaran a preguntar, algunos con pedidos para hacerse pruebas de ADN.
"El impacto inmediato fue mayor al de cualquier campaña de difusión. Algunos llaman para consultar, otros para aportar datos; en cada caso se los orienta. No paran de llamar", dicen en Abuelas.
El promedio de llamadas en una jornada cualquiera es de entre 10 y 40 al día. Este miércoles fueron 100, por lo que la organización tuvo que contar con personal extra.
"Este muchacho (Guido) se presentó él solo con sus dudas, nosotros no lo fuimos a buscar porque no sabíamos de su existencia", le dice a BBC Mundo Rosa Roisinblit, una de las Abuelas y vicepresidenta de la organización.
"Yo espero que van a venir más, que esto les va a entusiasmar", cuenta.

"Misión cumplida"

Roisinblit, de 95 años, ya pudo dar con su nieto, Guillermo Perez Roisinblit, en el año 2000.
Pero asegura que el hallazgo de Guido -quién hasta ahora era conocido como Ignacio Hurban, el hijo músico de una familia de campo en la provincia de Buenos Aires-, se recibe entre el resto de las mujeres del grupo "con la satisfacción de la misión cumplida".

"Y con la convicción de que vamos a buscar a los 400 nietos que quedan por encontrar", añade.
Sonia Torres, una de las fundadoras de Abuelas en la ciudad de Córdoba, asegura que noticias como la de Estela y su nieto reavivan su esperanza de encontrar al suyo.
"Estoy segura de que antes de partir voy a tener la alegría de abrazar a mi nieto", le asegura al diario La Voz.
"Él ha cumplido ahora en julio 38 años. Se que está vivo y entre nosotros, muy escondido, pero algún día va a tocar la puerta y me va a decir: abuela, aquí estoy".
Su hija Silvina Parodi fue una de las víctimas de la persecución de la Junta militar, el régimen que, según organizaciones de Derechos Humanos, mató, torturó o "desapareció" a 30.000 personas entre 1976 y 1983.
Como la hija de Estela, y las de muchas otras madres, dio a luz en cautiverio y se presupone que el bebé fue entregado en adopción a otra familia.
También Raquel Radío de Marizcurrena, una de las Abuelas que habitualmente trabaja en la sede, se mostraba optimista por el reencuentro de Carlotto con su nieto número 14.
"Anoche no pude dormir. Como cada vez que aparece un nieto, se reaviva la esperanza, una llama que igual siempre esta viva", manifestó al periódico La Nación.

Larga espera

Muchas de estas mujeres han pasado media vida esperando respuestas y buscando a su nieto.
En los últimos años se han intensificado las campañas de alto impacto para que jóvenes como Guido, con dudas sobre su propia identidad, se acerquen a la organización.
Quizás una de las más populares fue la que realizaron con la selección argentina de fútbol durante el pasado Mundial de Brasil.
Bajo el lema "Hace 10 mundiales que te estamos buscando", los jugadores Lionel Messi, Javier Mascherano y Ezequiel Lavezzi animaban a las personas nacidas bajo el régimen militar a someterse a pruebas de ADN si tenían sospechas sobre su pasado.
Muchos otros personajes famosos se han sumado a las campañas de las Abuelas.
Y la irrupción de algunos de los nietos recuperados en el espectro político, como los legisladores Juan Cabandié o Victoria Donda, fomentaron la visibilización de esta generación de niños nacidos en instalaciones militares y centros de tortura.
Ya son más de un centenar los que han recuperado su verdad.
Pero las Abuelas, si bien se muestran optimistas sobre el posible impacto de Guido en futuros reencuentros, saben que no será nada fácil.
"Tampoco podemos creer que van a venir así, decenas de chicos a sacarse sangre. Puede ser que sirva de difusión, pero hay que tener paciencia, hace 36 años que estamos luchando por esto, no es cuestión de un día", apunta Roisinblit.
"Si para encontrar 114 nietos tardamos 36 años, calcule usted cuánto tiempo tiene que pasar para encontrar a los 400 que faltan".



No hay comentarios.:

Publicar un comentario