jueves, 21 de agosto de 2014

Gobierno busca mejorar acceso a fármacos para pacientes con VIH


La compra de medicamentos se centralizará para abaratar los costos



El Ministerio de Salud Pública (MSP) pretende poner en funcionamiento, antes de que culmine el período de gobierno, un mecanismo de compra centralizada de antirretrovirales, que funcione a través de la Unidad de Centralización de Adquisiciones del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). Según dijo el subsecretario de Salud Pública, Leonel Briozzo, a El Observador desde allí las instituciones podrán proveerse de los medicamentos, según la cantidad de usuarios.
El ministerio presentó una serie de medidas para garantizar el acceso a los medicamentos a las personas con VIH en el marco del Día Nacional de Lucha contra el Sida que se celebró el 29 de julio.
“Los tratamientos cuestan al Estado entre US$ 400 y US$ 9 mil, lo que se podría reducir sustancialmente si la compra se hiciera en conjunto”, aseguró a El Observador la representante de la Red Uruguaya de Personas que viven con VIH-Sida, María José Fraga.
Actualmente, los prestadores privados y los públicos realizan la compra de estos medicamentos por separado, lo que aumenta los costos y transforma a Uruguay en el país que los adquiere a mayor precio en América Latina. Lo que se busca entonces –explicó Briozzo– es abaratar los costos, a través de la compra en mayores cantidades, y de esta forma “concretar el derecho de todos los usuarios al acceso a los fármacos”.
Como otra de las medidas se incluirá en el Formulario Terapéutico Médico los últimos medicamentos para tratar la enfermedad. Así, dijo el subsecretario de Salud Pública, se intentará “asegurar la disponibilidad” y mejorar “la adherencia a los tratamientos”.
Estas disposiciones surgieron como respuesta a los reclamos de las diferentes organizaciones civiles que trabajan con personas portadoras del virus, quienes en un comunicado denunciaron la “situación crítica” del país con relación con la enfermedad.
Actualmente, los prestadores privados de la salud no ofrecen a los pacientes los últimos medicamentos antirretrovirales, aunque estos se indiquen en el tratamiento. La representante de la Red Uruguaya de Personas que viven con VIH-Sida dijo a El Observador que esto se da debido a la falta de actualización en el vademécum –lista de medicamentos que deben ofrecer mutualistas y Salud Pública–, lo que debería hacerse anualmente, y por tanto no tiene especificados los medicamentos más recientes, pero que son necesarios para los tratamientos. “Las mutualistas no los dan, están dentro de la ley, pero ¿qué pasa con la gente que los necesita?”, cuestionó Fraga.
El subsecretario del MSP dijo que los cuatro antirretrovirales que reclaman las organizaciones –Raltegravir, Darunavir, Etravirine y Maraviroc– se incluirán de ahora en más en el formulario terapéutico, también como forma de “cumplir con el paradigma de que, con el diagnóstico y tratamiento, el VIH sea una enfermedad crónica no mortal”. 
De los más de 13 mil diagnosticados con VIH en Uruguay, unos 8.000 son los que necesitarían de tratamiento, lo que, a los costos de actuales, “sería insostenible”, dijo Fraga.
El VIH –explicó Fraga– es un virus en constante mutación, por lo que se vuelve resistente a los medicamentos y, cuando en su mutualista no se brinda la nueva medicación, el paciente se ve obligado a conseguirlo por otros medios: cambiando su cobertura a la de Salud Pública, o en otros países.
Sin embargo, estas medidas no solucionan la totalidad de los problemas. Las organizaciones reclaman, además, medidas para regular las diferencias que existen entre los precios de los distintos centros para los mismos exámenes clínicos. Por ejemplo, explicó Fraga, “mientras en una mutualista los exámenes de poblaciones linfocitales y carga viral cuestan $ 50, en otras valen $ 2.000”.
A través del comunicado, las organizaciones denuncian también la demora en la entrega de antirretrovirales, algo que se ha dado en varios centros y que ha alcanzado los 20 días de retraso. “Eso es todo un problema porque cuando empezás con el tratamiento, si hay una cosa que te dicen es que no podés dejarlo”, contó Fraga.
Por último, existe un reclamo ante la compra de medicamentos con menos miligramos de lo requerido por el tratamiento: “Si son de 600 miligramos te dan de 200, lo que hace que tengas que pagar más tiques”. Esa situación lleva a que los pacientes deban consumir una mayor cantidad de pastillas, lo que va en contra de las pautas de tratamiento, que buscan mejorar la adherencia a través de su simplificación, explicó Fraga.



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