domingo, 17 de agosto de 2014

Marosa Di Giorgio

Marosa di Giorgio Medici (Salto1 de enero de 1932 -Montevideo17 de agosto de 2004), poeta uruguaya que también se aventuró con la prosa erótica y la novela en obras recientes.



Descendiente de inmigrantes italianos y vascos que fundaron quintas en zonas rurales del Uruguay, Marosa di Giorgio comenzó a publicar en los años 50. En los dos tomos de Los papeles salvajes (1989 y 1991) recopiló sus poemas publicados hasta entonces.
El extenso Diamelas a Clementina Médici (2000), estuvo inspirado en la muerte de su madre. Sus textos narrativos eróticos son: Misales (1993), Camino de las pedrerías(1997), y Reina Amelia (1999). Su obra, que recibió numerosos premios, ha sido traducida al inglés, francés, portugués e italiano.
En su obra, un canto a la naturaleza y a sus mutaciones, la mitología es una constante. Es una de las voces poéticas más singulares de Latinoamérica. En sus recitales poéticos -muchos de ellos reproducidos en casetes y otros formatos- demostraba una capacidad interpretativa sui géneris, en la que se entremezclaban emociones como el miedo, la sorpresa, el desasosiego y el deseo, siempre con una voz trémula y delicada.

Árbol de magnolias...

Árbol de magnolias,
te conocí el día primero de mi infancia,
a lo lejos te confundes con la abuela, de cerca, eres el aparador
de donde ella sacaba el almíbar y las tazas.
De ti bajaron los ladrones;
Melchor, Gaspar y Baltasar;
de ti bajaban los pastores y los gatos;
los pastores, enamorados como gatos,
los gatos, serios como hombres, con sus bigotes y sus ojos de enamorados
Esclava negra sosteniendo criaturitas, inmóviles, nacaradas.
Virgen María de velo negro,
de velo blanco, allá en el patio.
Eres la abuela, eres mamá, eres Marosa, todo eres, con tu
eterna
juventud, tu vejez eterna,
niña de Comunión, niña de novia,
niña de muerte.
De ti sacaban las estrellas como tazas,
las tazas como estrellas.
Estuvo oculto en tus ramos el Libro del Destino.
Te has quedado lejos, te has ido lejos.
Pero, voy retrocediendo hacia ti,
voy avanzando hacia ti.
Te veré en el cielo.
No puede ser la eternidad sin ti.

De "Los papeles salvajes" 1991

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