Compartimos con Uds. uno de los relatos publicados en la misma:
Roxana de la Cruz
Las lágrimas brotaron de los ojos de la joven mujer y todas las personas que
estaban a su alrededor pensaron que su novio había terminado con ella.
La mujer no podía parar de llorar, mientras que su novio la miraba con un dejo
de vergüenza e impaciencia.
La camarera se aceró a la mesa en donde estaban ellos y le pregunta a la chica si
estaba bien, pero ella no respondía. Sólo lloraba. Él le dice a la empleada del
lugar que no necesitaban nada más y, entonces, la mujer se alejó.
El muchacho la seguía mirando a la espera de alguna palabra de ella y ella
estaba tratando de calmarse un poco.
Cuando al final ella logra calmarse, entre sollozos, le sonríe al muchacho. Al
principio tímidamente pero al final le sonríe con una intensidad que le iluminó
la cara al muchacho. Con la voz cortada, dice suavemente:
Sí. Yo también me quiero casar con vos. Le dice aún con lágrimas en los ojos.
El novio se levanta de su silla y se acerca hacia ella, abrazándola al instante y
dándole besos con una alegría inmensa.
La gente, que no entendía la situación porque estaban lejos de ellos, mira hacia
la pareja y se dan cuenta de la pequeña caja abierta que había en la mesa con un
mensaje que decía “¡Feliz cumpleaños! ¿Te quieres casar conmigo?”, acompañada con
un hermoso anillo dorado.
Las personas que habían visto la situación, miraron a la feliz pareja con aún más felicidad y continuaron su día
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