Estos son algunos de los hechos significativos de la vida de Gabo, considerado uno de los personajes más importantes del siglo XX.
Son muchos los escritores colombianos que han sido reconocidos nacional e internacionalmente por la calidad de su pluma pero uno es el único nobel del país.
En 1982, un hombre nacido en un pueblo olvidado de Magdalena obtuvo el Nobel de Literatura y hoy es considerado como uno de los escritores que impulsó la narrativa nacional.
Gabriel García Márquez cumple este 6 de marzo 87 años, a los que llega con una obra de más de 40 títulos, una larga lista de premios y una fundación que promueve la excelencia periodística (la FNPI).
En su edición de 30 años, la Revista SEMANA lo catalogó como el personaje más importante del siglo XX del país, una consideración que se asemeja a la del crítico literario Raymond Williams. “Para mí personalmente, García Márquez es la figura intelectual más destacada de este siglo […] Además, es un escritor de gran disciplina; raras veces se encuentra en una sola persona tanto talento creador y también tanta disciplina”, escribió Williams en 1998.
Según él, la primera novela de García Márquez, titulada ‘La hojarasca’ (1955), abrió la narrativa colombiana hacia la novela moderna junto a ‘La casa grande’ (1962) de Álvaro Cepeda Samudio y ‘Respirando el verano’ (1962) de Héctor Rojas Herazo.
Después de esa novela, García Márquez escribió otras obras en las que se empezaba a notar su capacidad narrativa. Entre 1961 y 1962 publicó ‘El coronel no tiene quien le escriba’, ‘Los funerales de la mama grande’ y ‘La mala hora’.
Pero fue en 1967 que creó su obra cumbre: ‘Cien años de soledad’. Esta fue la puerta dorada del realismo mágico del que tanto habla García Márquez.
Muchos aseguran que Macondo retrata a la Aracataca donde nació García Márquez pero además habla de la política colombiana e incluso alude a la Masacre de las Bananeras, ocurrida en 1928.
“Ya los de las primeras líneas lo habían hecho, barridos por las ráfagas de metralla. Los sobrevivientes, en vez de tirarse al suelo, trataron de volver a la plazoleta, y el pánico dio entonces un coletazo de dragón, y los mandó en una oleada compacta contra la otra oleada que se movía en sentido contrario, despedida por el otro coletazo de dragón de la calle opuesta, donde también las ametralladoras disparaban sin tregua”, se lee en el libro.
No por nada Piedad Bonnett lo compara con Miguel de Cervantes, el escritor más importante de toda la historia de la lengua española. En su obra, especialmente en ‘Cien años de soledad’, Gabo logra reflejar la vida de un país e incluso de un continente sumido en el olvido continuo.
“José Arcadio Segundo no habló mientras no terminó el café.
-Debían ser como tres mil- murmuró.
-¿Qué?
-Los muertos -aclaró el-. Debían ser todos los que estaban en la estación.
La mujer lo midió con una mirada de lástima. 'Aquí no ha habido muertos'”.
En sus otras novelas, también habla un poco de sí mismo, como se comprueba en 'Vivir para contarla', especialmente en el fragmento reproducido por la edición web de la revista Arcadia.
Su obra ha llegado a todos los rincones del mundo. En China, por ejemplo, esculpieron un busto en honor al escritor colombiano y circulan oficialmente tres obras traducidas: ‘Cien años de soledad’, ‘El amor en los tiempos del cólera’ y su ensayo ‘No he venido a dar un discurso’.
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