“La política no es un pasatiempo, no es una profesión, es una pasión con el sueño de crear una sociedad mejor. El descreimiento de las masas en la política es peligroso, por eso hay que luchar por rescatar el sentido de la función social que cumple la política”, expresó el presidente José Mujica durante una mesa de alto nivel sobre el desarrollo de América Latina y el Caribe en la sede de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Mujica y la flamante presidenta chilena Michelle Bachelet participaron este miércoles en una mesa redonda sobre el desarrollo de América Latina y el Caribe en la sede de la CEPAL.
Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL presentó a ambos mandatarios como“actores claves de América Latina por su lucha social y su llegada al poder”.
A su turno, Mujica reflexionó sobre el “medio ambiente”, y remarcó que “no se puede ir acumulado indefinidamente desastres”.
“No existe una consciencia mundial que plantee con tono imperativo que tenemos que asumir ciertas conductas de responsabilidad. ¿De qué nos vale una actitud ecologista en un rincón si el universo de la industria se mueve como se mueve?”, interrogó el mandatario.
También se refirió a la integración latinoamericana. “La cuestión de la integración no es sólo agrandar un mercado, sino tener una voz potente en el mundo que se viene. El mundo que va a venir es de supranaciones”.
“Los latinoamericanos nunca hemos tenido la capacidad de juntarnos como tenemos hoy. Hemos aprendido a no tirar demasiado de la piola”, sentenció.
El jefe de Estado reflexionó sobre la actividad política la cual dijo “no es un pasatiempo, no es una profesión, es una pasión con el sueño de crear una sociedad mejor”.
“El descreimiento de las masas en la política es peligroso. Hay que luchar por rescatar el sentido de la función social que cumple la política”, remarcó.
Dijo que realizaba una invitación a revisar muchos lugares comunes, porque el advenimiento de nuevas tecnologías “están volcando nuevas reacciones que frecuentemente no podemos entender”.
“Estoy contento por el hoy, pero me tiene abrumado el pasado mañana”, puntualizó el dignatario.
Ciudadano ilustre de Santiago
Más temprano, la alcaldesa de Santiago de Chile, Carolina Tohá, entregó a Mujica la llave de la ciudad y declaró los declaró “ciudadano ilustre”.
La alcaldesa de Santiago es hija de José Tohá, asesinado por la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), quien fuera ministro del Interior de la presidencia del socialista Salvador Allende (1970-1973).
A la ceremonia asistieron niños de la escuela República Oriental del Uruguay.
Dijo que el reconocimiento es un homenaje al conjunto anónimo de uruguayos que lucharon en Chile por la libertad, y que el cariño y el afecto era para el pueblo uruguayo y no para él.
“Lo personal no tiene sentido si no está inspirado de un algo colectivo que nos trasciende y que nos precede. Somos apenas una gota de agua en una mar de pueblo que se mueve en la lucha por los derechos humanos”, sentenció el mandatario.
Por su parte, la alcaldesa agradeció la visita del Presidente Mujica, y señaló que detrás del afecto que Chile siente por él se encuentra la “valoración de una persona que le ha dado sentido a la política, que ha sido consecuente con su historia y se ha atrevido a ser innovador desde el puesto que hoy ocupa”.
“Mujica debe ser tomado como una inspiración en relación a su política apegada a los valores, con un sentido de generosidad en la construcción de un mundo distinto”, expresó Tohá.
Encuentro con compatriotas
Mujica también se reunió este miércoles con un grupo de más de 150 uruguayos residentes en Chile.
En ese marco, el jefe de Estado remarcó “los buenos resultados en materia de reducción de la pobreza y la indigencia”.
Dijo que las políticas implementadas convirtieron a Uruguay “en el pequeño país más justo de la injusta América Latina”.
Remarcó el mantenimiento de los más bajos niveles históricos de desempleo, en torno al 6 % de la población económicamente activa.
“Hemos logrado un nivel de ocupación que será muy difícil bajar más, porque somos un país de veteranos, el problema más grave del futuro del país, es la baja de la natalidad, con otro parámetro: la reproducción de la población se da en forma intensa en los sectores más deprimidos de la sociedad”, dijo.
También indicó que Uruguay tiene el desafío de “entrar en la franja de los países desarrollados, pero aminorando la injusticia social”.
“El crecimiento económico no debe servir para acentuar las desigualdades en la sociedad y eso debe ser una preocupación permanente del Estado”, sentenció.
Advirtió que el desarrollo capitalista por sí solo no distribuye, sino que el Estado debe intervenir a favor de los sectores más desfavorecidos. “Ahí está la gran diferencia entre el proyecto de desarrollo de la izquierda y el que sustenta la derecha”.
“El cambio en una sociedad necesita acumulación de riqueza, cultura e instrucción como para poderse plantear otros pasos. Alguno de nosotros llamamos a eso ‘liberación nacional’”, puntualizó el mandatario.
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