A 31 años del 1º de Mayo de 1983 el pueblo con casi todas las reivindicaciones cumplidas
El 1º de Mayo de 1983, unas ciento cincuenta mil personas se dieron cita en los alrededores del Palacio Legislativ.
Al cumplirse 31 años de la convocatoria a los trabajadores que sirvió de antesala al Acto del Obelisco, en noviembre del mismo año, se han cumplido todas las reivindicaciones, de aquella fecha, excepto las salariales que aún resta alcanzar.
El 1º de Mayo de 1983, unas ciento cincuenta mil personas se dieron cita en los alrededores del Palacio Legislativo para recordar a los Mártires de Chicago, que recién después de la vuelta del país a la vigencia democrática, tendrían su plaza en su actual emplazamiento.
El acto había sido pensado desde el año anterior, y los gremios de la alimentación, AEBU, ASU y UITA, estaban en el núcleo organizativo; la policía había autorizado el acto.
“La solicitud ha sido autorizada. Es decir que el día 1º de mayo va a haber una celebración del Día de los Trabajadores. Se ha autorizado una concentración en la circunvalación del Palacio Legislativo, comprendiendo además los jardines adyacentes al mismo, entre las calles Yatay, José L. Terra y General Flores. Y aparte de eso se ha delimitado una amplia zona para el estacionamiento de vehículos, que está determinada por la calle Agraciada, Juan José de Amézaga y Arenal Grande” decía la autorización expresa firmada de puño y letra por el coronel Washington Varela, jefe de Policía.
Fue el Plenario Intersindical de Trabajadores (PIT), que presentado como una coordinación de organizaciones sindicales de primer grado, llevó adelante el esfuerzo medular de la jornada.
La convocatoria se realizó públicamente, con el apoyo de CX30 Radio Nacional, que con Germán Araújo al frente, no cesaba de anunciar en prácticamente toda su emisión: “Todos al Palacio Legislativo: los trabajadores y el pueblo oriental se reencuentran en un gran Primero de Mayo, a las 15 horas”.
Una jornada para la historia que reforzó la lucha para la democracia
Con una convocatoria para las 15 horas, la jornada de 1983comenzó con malos augurios al menos meteorológicos: el día estaba entoldado con seria amenaza de lluvia. A mediodía, el público era sumamente escaso, a tal punto que los organizadores temían que fuera a sobrar espacio. Sin embargo sobre las 15 horas, columnas que venían de todos los barrios de la capital, y camiones desde las afueras empezaron a llenar las calles rumbo al Palacio Legislativo. Cuando la gente inundó finalmente el lugar, estudiantes de la Facultad de Medicina, enarbolaron un gigantesco pasacalles que decía “Salud al 1º de Mayo: obreros y estudiantes unidos y adelante”, reafirmando la histórica proclama, en un momento harto emotivo, que se profundizó con la aparición de nuevos cartelones que reclamaban: “Libertad, Trabajo, Salario y Amnistía”.
Con Rubén Castillo y Graciela Possamay, al frente de la ceremonia, los oradores fueron: Carlos Pereyra (Sindicato de Funsa), Andrés Toriani (Federación Uruguaya de la Salud – FUS), Richard Read (Federación de Obreros y Empleados de la Bebida – FOEB), Juan Pedro Ciganda (Asociación de Empleados Bancarios del Uruguay – AEBU) y Carlos Secco (Metalúrgicos). El presidente de la CNT José D´Elía estaba en el estrado y el arzobispo de Montevideo, Carlos Partelli, entre el público. Todos entonaron el Himno Nacional, y el “Tiranos temblad”, alcanzaría un resonar tal que el histórico 1º de Mayo quedaría no solamente en la memoria del pueblo entero, sino que serviría de inicio a las marchas contra la dictadura, el Acto del Obelisco el 27 de noviembre y el gran paro nacional del 18 de enero de 1984, todos confluyendo en la lucha popular por el retorno a la democracia.
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