viernes, 21 de febrero de 2014

Un techo para mi teatro

DAECPU reaviva idea de cerrar el Ramón Collazo a cambio de concesión; desde la IM se destaca la “pérdida social” por las lluvias.


Las abundantes lluvias y tormentas al final de enero y comienzos de febrero, con las pérdidas económicas, sociales y culturales que acarrearon, volvieron a disparar la idea de techar el Teatro de Verano, donde todos los febreros se realiza el concurso oficial. La propuesta, que necesitaría el aval de la gremial carnavalera para concretarse, aún no fue analizada por las autoridades departamentales y despierta reacciones más bien contrarias en los propios artistas. En cuanto a las pérdidas que sufrieron múltiples actores del carnaval, de a poco el clima los va resarciendo, aunque esta temporada no será recordada como una de las mejores.
La racha de lluvias y temporales que azotó al país reavivó una vez más la situación que enfrenta el carnaval cuando se enfrenta a una temporada lluviosa. La idea de techar el Teatro de Verano, donde tiene lugar el concurso oficial, no es nueva, pero ante la cantidad de espectáculos suspendidos este año se hizo presente con un poco más de fuerza. En diálogo con la diaria, el gerente general de Directores Asociados de Espectáculos Carnavalescos Populares del Uruguay (DAECPU), José Morgade, explicó la propuesta de la gremial.
Según señaló, se trataría de colocar un techo movible y de ampliar la capacidad a 3.500 o 4.000 espectadores más. A cambio de eso, DAECPU solicita a la Intendencia de Montevideo (IM) la concesión compartida del teatro durante 30 años. Consultado acerca de cuestiones arquitectónicas y acústicas, Morgade señaló que tienen pensado realizar las reformas con los mismos arquitectos que diseñaron el estadio Único de La Plata en Argentina, que también cuenta con un techo corredizo. Según ilustró, se trataría de una modalidad parecida a la de la gestión del estadio Centenario, por medio de la Comisión Administradora del Field Oficial (CAFO).
Explicó que la propuesta está planteada, y que si bien en un principio no tuvieron mucha receptividad en la IM, entiende que ahora existe voluntad política “de los dos lados”. Morgade señaló las ventajas de la propuesta, que permitiría contar con un concurso de carnaval sin suspensiones por mal tiempo, en el escenario que representa “el estadio Centenario del carnaval”. Además, señaló que el techamiento permitiría que el escenario funcione en los meses de invierno, y destacó que de concretarse la cogestión, DAECPU está abierta a la posibilidad de que el teatro también se use para espectáculos no carnavaleros, que podría programar la IM.

Va pelota

Consultado al respecto, el director de la División Cultura de la IM, Héctor Guido, dijo que hasta el momento no recibió ninguna propuesta al respecto de DAECPU, pese a que mantiene “un diálogo permanente” con la gremial. En ese sentido, explicó que comparte totalmente la preocupación en cuanto a que el carnaval no puede depender en tanta medida de las condiciones climáticas, pero prefirió no adelantar un juicio acerca de la idea del techamiento del teatro.
El secretario general de la comuna, Ricardo Prato, señaló a la diaria que DAECPU “salió a hacer el planteo” en los últimos días, pero “no es nuevo”, y reafirmó que la IM no recibió hasta el momento ninguna propuesta escrita. “La idea ha estado siempre en el aire. No es de esta vez”, apuntó. El jerarca precisó que uno de los elementos que “siempre estuvieron planteados” es que el Teatro de Verano pueda tener un techo y más localidades.
Que lo característico del lugar sean, justamente, los espectáculos al aire libre hace que para la IM uno de los puntos a discutir sea si el techo es cerrado o rebatible, y los costos que eso implicaría. “Para saber cuáles son las concesiones hay que combinar la inversión, el rescate de la inversión y el servicio que se brinda. Si además [de la inversión], esto trae a Montevideo una sala de espectáculos, que la administre un privado para la IM no le hace drama”, aseguró.
Actualmente, el teatro puede albergar 4.500. Ninguna otra sala de espectáculos capitalina puede superar las 2.000. No obstante, Prato indicó que el Teatro de Verano tiene la contra de que son muy pocos los espectáculos que pueden hacerse entre mayo y setiembre. La idea de la IM es que, al techarlo, aumente su capacidad a 8.000 localidades, con el objetivo de que “compita” en la realización de espectáculos con Antel Arena, que se proyecta como polifuncional.

Todo el año no es

El gerente de Eventos de la IM, Fernando González, aseguró a la diaria que “la pérdida más grande [por las lluvias] es la social”. El gobierno departamental contrata la mitad de las aproximadamente 2.000 actuaciones de conjuntos carnavaleros destinadas a escenarios populares y escenarios móviles. Las organizaciones civiles que gestionan los tablados utilizan la recaudación de la venta de entradas y puestos de comidas para mantener guarderías, hacer mejoras en otros centros de referencia barriales; y los tablados que se perdieron por las lluvias no se recuperan. “Hubo trabajo voluntario que no dará sus frutos, y el carnavalero que tenía pensado hacer la zafra no la va a poder hacer. A esta altura las pérdidas son importantes, hay que ver cómo levantan. El ambiente no se calienta, la gente termina no yendo o haciendo otros planes”, destacó González. El jerarca explicó que la actuación de los tablados no puede ir más allá del último día antes del inicio de clases, que este año está fijado para el 10 de marzo. “Sería improductivo extenderlo, porque la gente que va con su familia es la que lleva a los niños a la escuela”, indicó.
Con relación a las pérdidas materiales, González indicó que la IM aporta al carnaval 24 millones de pesos, de los cuales no recupera “absolutamente nada”. 
Esa cifra se vio incrementada a raíz de los imprevistos climáticos, aunque señaló que no podrá precisarse en qué medida hasta que el carnaval finalice. Por ejemplo, cada día de suspensión del Desfile Inaugural y de las Llamadas implica un día más de alquiler de vallas y gradas.
“Es necesario enmarcar esto en la situación del país. Hay cosas más terribles: que hayas perdido tu casa o tu cosecha entera, por ejemplo. Pero debe decirse que hubo una crisis climática fuera de todo lo esperable que ha afectado a la cultura y al carnaval. Algunas personas que se quedaron sin poder ir a un tablado es probable que durante el resto del año no vea otra cosa. Pero, a su vez, ésa puede ser la misma gente que vive en un asentamiento y perdió 
mucho más”.
El director del Teatro de Verano, Cristian Calace, señaló que pese a los episodios de viento, la infraestructura no sufrió daños más allá de la voladura de construcciones livianas. “La pérdida más grande la tienen los carnavaleros y los vendedores de los puestos. Acá, los concesionarios de comida podrán haber desechado alimentos perecederos pero no pierden días de trabajo, se recuperan”, afirmó.
Desde la organización del Velódromo reconocieron que el carnaval tuvo un “comienzo atípico y desfavorable”, pero prefirieron no aventurar valoraciones relacionadas con las pérdidas materiales hasta que el ciclo finalice.
“Estamos dispuestos a estudiar y ver qué propuesta traen y qué costos manejan, porque hasta ahora lo que vi fue en la prensa, no he tenido algo concreto”, sostuvo Prato. Consultado sobre la posibilidad de que esta negociación quede cerrada en el tiempo que resta de esta administración, el secretario general aseguró: “Difícil para Sagitario. No es ‘chasqueo los dedos y sale’. Necesita una técnica depurada. No creo que sea una obra que se pueda hacer en menos de un año. Es algo que tenés que planificar: terminar el concurso [de carnaval] y poner una empresa grande a hacerlo a tambor batiente en diez meses”. Además, cabe recordar que la normativa vigente no permite hacer concesiones durante el año electoral.

Desde las tablas

Si bien la idea de techar el teatro no es nueva y ronda por la cabeza de algunos carnavaleros desde hace tiempo, a partir de la propuesta de DAECPU, que principalmente se conoció por los medios de prensa, también se reavivó el debate entre personas vinculadas con el carnaval. Por ejemplo, el cupletero de la murga Don Timoteo, Diego Bello, dijo a la diaria que sería una solución solamente para el concurso oficial, ya que es imposible que el resto de los escenarios sean techados, por lo que concluyó que, en ese caso, el volumen de trabajo de los conjuntos sería menor si se techara únicamente el Teatro de Verano.
En ese sentido, ilustró que si este año no se hubiera suspendido la actuación de la murga por mal tiempo, hubieran ido al concurso sólo con un tablado realizado, mientras que con las suspensiones lograron ir con 12 actuaciones. Además, estimó que si no hubiera suspensiones del concurso por mal tiempo, eso también haría que los tablados culminaran su actividad antes, ya que es muy difícil mantenerlos cuando el concurso termina.
“En un principio” y desde el punto de vista del concurso de carnaval, el director de la murga La Gran Siete, Guillermo Lamolle, tiene reparos con el techamiento del Teatro de Verano. “Si ahora hubiera estado techado, no se hubieran retrasado las fechas, y el concurso terminaría ahora nomás. Esto implicaría que el carnaval también se terminaría en los tablados, porque después de los resultados se pierde trascendencia”, razonó. Además cuestionó el estado de la acústica del teatro luego de que se cubrió el escenario: “Es el teatro o tablado que peor suena para los conjuntos: no entendés lo que hablan tus compañeros”.
Federico Pereyra, de la compañía de parodistas Aristhófanes, opinó que en sí mismo un techo al Teatro de Verano “no afecta el folclore” que genera el ambiente carnavalero. No obstante, también ve como “una contra” la posibilidad de que el concurso termine antes que el carnaval propiamente dicho, porque éste se mueve en función del anterior. “El concurso toma una relevancia que influye en el trabajo de los tablados, eso es así”, resumió.
Bello también evaluó que habría que resolver con cuidado las cuestiones acústicas, porque el ruido que hace la lluvia cayendo en un techo liviano puede ser complicado para la actuación de los conjuntos, aunque también evaluó como un aspecto positivo que el teatro estuviera disponible para otras épocas del año, cuando el estado del tiempo no es el ideal para los espectáculos al aire libre.

Remontando

El dudoso panorama al que se enfrentaban hace unas semanas los dueños de tablados, comisiones de vecinos, autoridades y artistas parece haberse aclarado, al menos un poco, con la tregua que el clima les está dando a los carnavaleros, aunque es claro que esta temporada no será recordada ni por asomo como una de las mejores. Por ejemplo, Bello, que es parte de una de las murgas que más escenarios hará este carnaval, comentó que recién en esta semana la cantidad de tablados realizados por Don Timoteo pudo superar a los suspendidos.
Hasta el miércoles, La Gran Siete tenía en su haber 18 tablados hechos y 20 suspendidos. Lamolle calcula que al finalizar el concurso habrán realizado 30% de actuaciones menos que años anteriores. “Algunas murgas tienen arreglos con el dueño del conjunto, pero en general, la ganancia de los carnavaleros es directamente proporcional a los tablados [que hagan]”, indicó.
Desde DAECPU, Morgade confía en que la mayoría de los actores del carnaval puedan recuperar al menos parte de lo perdido por el clima, principalmente debido a la “avidez” de las personas por ver carnaval. No cree que haya un sector más perjudicado que otro; considera que todos los actores perdieron, aunque se refirió especialmente a los “barrios carenciados” en los que tuvieron que suspenderse las presentaciones gratuitas de distintos conjuntos por medio de Rondamomo.
Desde el lado del artista, más que lo económico Bello destacó la pérdida de la posibilidad de “medir” los espectáculos con el público, ya que en carnaval, más que con los ensayos, los espectáculos terminan de ajustarse con los primeros tablados. Además, recordó que a su conjunto le costó sentir que el carnaval había comenzado porque no podían realizar más de dos días seguidos de actuaciones. El parodista de Aristhófanes coincidió en este aspecto. Aseguró que “anímicamente” ha sido un carnaval muy particular. “No es sólo la gente que no pudo hacer playa. Nosotros también estamos todo el tiempo mirando el cielo para ver si podemos actuar. Te diría que el carnaval empezó a tomar impulso después de la segunda quincena; la gente recién está yendo a los tablados”.
Los escenarios barriales populares fueron de los más perjudicados, lo que compromete su actividad por el resto del año, ya que en muchos casos el dinero recaudado durante el carnaval sirve para financiar su funcionamiento el resto de los meses. Beatriz Corrales, presidenta de la comisión de vecinos que administra el anfiteatro de Flor de Maroñas, explicó que no sólo tuvieron que suspender casi todas las primeras funciones (el escenario, en general, funciona los viernes, sábados y domingos) sino que además debieron realizar arreglos por voladuras de chapas y sufrieron la inundación del sótano, en el que guardan casi todos los equipos. En el caso de Flor de Maroñas, lo que recauda el teatro se invierte en el funcionamiento de la policlínica barrial, por lo que en este momento la comisión está evaluando organizar algún festival para recuperar al menos parte de lo perdido.

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