Autoridades de gobierno colocaron una Marca de la Memoria en la intersección de las calles 31 y 20 en Punta del Este, donde fueron secuestrados por fuerzas de las dictadura militar en 1976, dos jóvenes hermanos argentinos Claudio y Lila Epelbaum.
La placa fue colocada este martes y es a la segunda “Marca de la Memoria” que se instala en Maldonado, según una iniciativa de la Comisión “Proyecto Memoria de la Resistencia 1973-1985”, que tiene como finalidad “identificar y señalar” lugares de todo el territorio donde ocurrieron acciones relacionadas con la represión ilegal o la resistencia a la dictadura uruguaya (1973-1985).
Al encuentro asistieron el vicecanciller, Luis Porto, la directora general de la Intendencia de Maldonado, María del Carmen Salazar, representantes de la embajada argentina en Uruguay y la diputada electa Macarena Gelman, nieta del poeta argentino fallecido Juan Gelman e hija de María Claudia García Irureta Goyena, quien fue detenida ilegalmente en 1976 en Buenos Aires y traída y desaparecida en un cuartel de Montevideo.
Porto sostuvo, tras la celebración del acto, que mantener la memoria es “clave para alcanzar la verdad y justicia respecto de los desaparecidos”.
Porto se refirió a la “importancia de no olvidar” los delitos perpetrados por las dictaduras de los años 70 y 80 en la región.
“Estamos acá para hacer memoria, y la memoria es el primer elemento de la búsqueda, porque casi sin saberlo buscamos justicia, la que nos llevará a la reparación”, remarcó el subsecretario de Estado.
Por su parte el encargado de Derechos Humanos de la Embajada de Argentina en Uruguay, Máximo Gowland, señaló que “la memoria es clave en las decisiones tomadas en los últimos años, porque sin memoria no se llega a la verdad, y sin verdad no hay justicia”.
“La placa, además de honrar la memoria de Claudio y Lila, permite hacer conocer los hechos ocurridos durante las dictaduras que afectaron a varios países sudamericanos”, indicó.
Los hermanos Epelbaum
Claudio y Lila Epelbaum fueron apresados mientras adquirían sus pasajes en lo que eran las oficinas de la hoy disuelta aerolínea PLUNA, en el marco del Plan Cóndor de coordinación represiva de las dictaduras del Cono Sur.
Ambos fueron trasladados en forma ilegal hacia Argentina, donde pasaron por distintos campos de concentración montados por la dictadura de ese país (1976-1983), y torturados según testimonios de sobrevivientes que los vieron en distintos lugares, para posteriormente ser asesinados.
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