Cayó la Cabra resalta por la calidad de su libreto y acumula una interesante cantidad de tablados
Una pena tiene algo tristes a los murguistas de Cayó la Cabra: la cuarteta de su show que generó una de las mayores polémicas en este carnaval “no dura ni un minuto, se habla mucho de ese momento cuando el resto de los 45 minutos del espectáculo son preciosos”, lamentó Lucas Pintos, el director escénico.
“Somos solo un grupo de amigos haciendo arte, que busca con humildad y esfuerzo dignificar el carnaval y, sin buscarlo, nos vimos envueltos en esto”, agregó.
La historia de ese conjunto, surgido en la movida Murga Joven en 2007, arrancó con bases sólidas al año siguiente, cuando se conformó el grupo que hoy integra la murga. Como suele suceder, se armó una lista de nombres y “Cabrá la Cabra” fue el más votado, pero enseguida en un toque alguien los vio llegar y dijo: “Cayó la Cabra...”. Ese gustó más y ganó la pulseada.
En 2011 dieron la prueba de admisión para concursar en el carnaval, la pasaron y desde 2012 siempre han estado presentes en la competencia del Teatro de Verano. Fueron 18° ese año, 8° en 2013 y el año pasado ocuparon el 6° puesto entre 17 murgas. A nadie debería extrañar que este año mejoraran esa ascendente marca.
Pintos dijo a El Observador que en una noche de ensayo previa al concurso –sin contar al público– la labor de la murga genera la presencia de unas 50 personas: “Desde el que pega un botón, al que hace los gorros, pasando por el de la iluminación y el de sonido”. Y obviamente los 17 murguistas que suben a actuar, que en realidad son 19 porque hay suplentes, como en los cuadros de fútbol.
Este año, como sucedió en 2014, la idea es que el espectáculo diseñado, llamado Natural, tenga en el carnaval una suerte de puntapié y pueda servirles para trabajar todo el año. En 2014 el primer ensayo para el espectáculo de 2015 fue en agosto. No obstante, hasta diciembre siguieron realizando presentaciones con la temática anterior, lo que les permitió obtener ingresos que, en buena medida, ayudaron a cubrir los costos de la nueva propuesta. “Laburamos todo el año, fue precioso. Hubo una gira por Argentina, estuvimos en la movida de No a la baja. Ojalá este año nos vaya igual”, comentó Pintos.
En la zafra carnavalera les está yendo notable: llevan 44 tablados cuando en el carnaval pasado iban 18 y en total hicieron 69. Quedan 20 días de trabajo, por lo que esperan lograr un récord en su historial de contratos. “Ayudó que casi no llovió y que una de las dos suspensiones fue el día en el que íbamos a ir al Teatro de Verano. No perdimos ningún contrato esa noche, pero también el espectáculo gusta y la gente lo quiere ver”, reflexionó.
La pedían antes de la polémica
A Pintos no le parece que la notoriedad que ganó la murga luego de que Edward Yern, director de parodistas Los Muchachos, les aconsejara quitar de su libreto la ya famosa cuarteta en la que vinculan a Tenfield y a Francisco Casal con la renuncia de Sebastián Bauzá al frente de la AUF, haya incidido en que Cayó la Cabra sea más contratada: “Desde antes venía linda la venta”, precisó.
Respecto de la polémica –el pedido de Yern y luego la decisión acordada con el club Industria para dejar de usar sus instalaciones–, Lucas entiende que “son cosas que queremos que queden atrás, como una anécdota. Ya está, queremos disfrutar lo lindo del carnaval”.
Los llamó mucha gente y varias murgas les transmitieron su solidaridad cuando se cruzaron con las cabras en los tablados. Incluso algunas, como La Margarita y La Buchaca, lo hicieron en el mismísimo Teatro de Verano ante el jurado.
“Todo eso está buenazo. Ayuda a que haya menos rivalidad, menos competencia. Sin dudas nos pone contentos”, dijo Pintos.
Naturalmente bueno
Sobre el espectáculo Natural, Pintos afirmó: “Es un hilo conductor, hablamos de lo natural, con distintos bloques y hemos visto que la propuesta le gustó a la gente; la reciben muy bien”.
Como desde sus orígenes, la idea surgió de una comisión artística que integra Pintos junto a Camilo Fernández y Martín Mazzella, con aportes de varios técnicos, entre ellos Daniel Zieleniec, aunque cada uno de los integrantes hace sus aportes a un show donde se destaca la calidad del libreto, de los mejores del concurso.
Lucas no tiene aún las cuentas claras. Quienes han visto a la murga estiman que, si bien su presupuesto no es de los más elevados, sí trepa a algunas decenas de miles de dólares. Los ingresos son buenos por la cantidad de contratos, hay espónsores y todo sirve: “Hasta los pegotines que vendemos”, detalló.
Pintos afirmó que a los murguistas de Cayó la Cabra “nos atrae la murga bien clásica y también las más innovadoras. Respetamos a todos, pero creemos que vamos por el buen camino buscando nuestra identidad”, camino en el que quieren dejar de lado la polémica bien rápido para que se los recuerde por la globalidad del espectáculo y no por lo que cantan en unos segundos.
“Somos solo un grupo de amigos haciendo arte, que busca con humildad y esfuerzo dignificar el carnaval y, sin buscarlo, nos vimos envueltos en esto”, agregó.
La historia de ese conjunto, surgido en la movida Murga Joven en 2007, arrancó con bases sólidas al año siguiente, cuando se conformó el grupo que hoy integra la murga. Como suele suceder, se armó una lista de nombres y “Cabrá la Cabra” fue el más votado, pero enseguida en un toque alguien los vio llegar y dijo: “Cayó la Cabra...”. Ese gustó más y ganó la pulseada.
En 2011 dieron la prueba de admisión para concursar en el carnaval, la pasaron y desde 2012 siempre han estado presentes en la competencia del Teatro de Verano. Fueron 18° ese año, 8° en 2013 y el año pasado ocuparon el 6° puesto entre 17 murgas. A nadie debería extrañar que este año mejoraran esa ascendente marca.
Pintos dijo a El Observador que en una noche de ensayo previa al concurso –sin contar al público– la labor de la murga genera la presencia de unas 50 personas: “Desde el que pega un botón, al que hace los gorros, pasando por el de la iluminación y el de sonido”. Y obviamente los 17 murguistas que suben a actuar, que en realidad son 19 porque hay suplentes, como en los cuadros de fútbol.
Este año, como sucedió en 2014, la idea es que el espectáculo diseñado, llamado Natural, tenga en el carnaval una suerte de puntapié y pueda servirles para trabajar todo el año. En 2014 el primer ensayo para el espectáculo de 2015 fue en agosto. No obstante, hasta diciembre siguieron realizando presentaciones con la temática anterior, lo que les permitió obtener ingresos que, en buena medida, ayudaron a cubrir los costos de la nueva propuesta. “Laburamos todo el año, fue precioso. Hubo una gira por Argentina, estuvimos en la movida de No a la baja. Ojalá este año nos vaya igual”, comentó Pintos.
En la zafra carnavalera les está yendo notable: llevan 44 tablados cuando en el carnaval pasado iban 18 y en total hicieron 69. Quedan 20 días de trabajo, por lo que esperan lograr un récord en su historial de contratos. “Ayudó que casi no llovió y que una de las dos suspensiones fue el día en el que íbamos a ir al Teatro de Verano. No perdimos ningún contrato esa noche, pero también el espectáculo gusta y la gente lo quiere ver”, reflexionó.
La pedían antes de la polémica
A Pintos no le parece que la notoriedad que ganó la murga luego de que Edward Yern, director de parodistas Los Muchachos, les aconsejara quitar de su libreto la ya famosa cuarteta en la que vinculan a Tenfield y a Francisco Casal con la renuncia de Sebastián Bauzá al frente de la AUF, haya incidido en que Cayó la Cabra sea más contratada: “Desde antes venía linda la venta”, precisó.
Respecto de la polémica –el pedido de Yern y luego la decisión acordada con el club Industria para dejar de usar sus instalaciones–, Lucas entiende que “son cosas que queremos que queden atrás, como una anécdota. Ya está, queremos disfrutar lo lindo del carnaval”.
Los llamó mucha gente y varias murgas les transmitieron su solidaridad cuando se cruzaron con las cabras en los tablados. Incluso algunas, como La Margarita y La Buchaca, lo hicieron en el mismísimo Teatro de Verano ante el jurado.
“Todo eso está buenazo. Ayuda a que haya menos rivalidad, menos competencia. Sin dudas nos pone contentos”, dijo Pintos.
Naturalmente bueno
Sobre el espectáculo Natural, Pintos afirmó: “Es un hilo conductor, hablamos de lo natural, con distintos bloques y hemos visto que la propuesta le gustó a la gente; la reciben muy bien”.
Como desde sus orígenes, la idea surgió de una comisión artística que integra Pintos junto a Camilo Fernández y Martín Mazzella, con aportes de varios técnicos, entre ellos Daniel Zieleniec, aunque cada uno de los integrantes hace sus aportes a un show donde se destaca la calidad del libreto, de los mejores del concurso.
Lucas no tiene aún las cuentas claras. Quienes han visto a la murga estiman que, si bien su presupuesto no es de los más elevados, sí trepa a algunas decenas de miles de dólares. Los ingresos son buenos por la cantidad de contratos, hay espónsores y todo sirve: “Hasta los pegotines que vendemos”, detalló.
Pintos afirmó que a los murguistas de Cayó la Cabra “nos atrae la murga bien clásica y también las más innovadoras. Respetamos a todos, pero creemos que vamos por el buen camino buscando nuestra identidad”, camino en el que quieren dejar de lado la polémica bien rápido para que se los recuerde por la globalidad del espectáculo y no por lo que cantan en unos segundos.
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