Barbara Balfour
Escritora*
Para muchas personas, comer solo en un buen restaurante es visto como algo socialmente incómodo. En muchos casos, los comensales solitarios prefieren cambiar la cena por algo para llevar o consumir de forma anónima lo que ofrece el servicio de habitaciones del hotel.
Pero el estigma asociado a reservar una mesa para uno está empezando a disiparse.
En la actualidad, cada día más gente vive sola (en Estados Unidos, uno de cada siete adultos) y esto es algo que están tomando en cuenta los dueños de restaurantes, afirma Aaron Allen, consultor de estos locales en Florida.
Allen dice que los restaurantes de todo el mundo que están intentando hacerse más acogedores para los comensales que van solos son cada vez más. Una forma de hacerlo es, por ejemplo, poner más sillas en la barra, o animar a los empleados a ser más atentos con los clientes que se sientan solos.
Stephen Beckta, chef y dueño de un popular restaurante en Ottawa, Canadá, dice que los establecimientos de calidad deberían percibir que los comensales solos representan "el mejor cumplido que puede recibir un restaurante".
Sus tres restaurantes – Beckta, Play y Gezellig- son imanes para los comensales solos de la capital canadiense.
Además de tener una larga barra con asientos y un servicio atento como el que aconseja Allen, los tres establecimientos de Beckta también permiten a los comensales solos entretenerse degustando menús de hasta ocho pequeños platos.
Beckta dice: "Eligen comer con nosotros por el placer de comer, no porque les hayan engatusado para celebrar algo o porque tienen una cita. Así que, ¿por qué no acogerlos?".
Divorcios
Y aunque los empleados disfruten manteniendo una charla, los comensales solos también pueden pedir que nadie les moleste.
"Si estás solo, mi sugerencia es que pidas lo que te hace feliz", dice Beckta.
"¿Una mesa apartada? ¿Una silla en la barra? ¿Charlando o solo? Un buen restaurante está para complacerte".
El amor de Beckta por las cenas solitarias ha llevado al empresario a ofecer una comida gratis a los invitados que hayan reservado para dos si sus acompañantes les han dejado solos.
"¿Cómo puedes dar la vuelta a su experiencia si no es haciéndote cargo de su cuenta?, dice.
- ¿Se han encontrado con gente que se aprovecha de esto simulando que les han dejado plantados?
"Nunca nadie ha intentado aprovecharse, aunque también es cierto que no publicitamos mucho esta política", dice Beckta.
"Confiamos en nuestros clientes, y hemos visto que si les tratas bien, ellos te tratan bien a ti", añade.
Aaron Allen dice que hay una serie de razones sociales detrás del crecimiento del número de personas que comen o cenan solas.
"Las tasas de divorcio son mayores y la gente espera más para casarse", dice.
"Hay más solteros en el mercado y tienen mucho más dinero para gastar en comida y en la vida diaria".
Los datos oficiales confirman que el poder adquisitivo de los solteros es grande. La Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos calcula que este grupo gasta US$ 1.9 mil millones al año.
Hogares de una persona
En Londres, casi un tercio de los hogares están ahora ocupados por una persona sola, mientras que en Nueva York y París la cifra alcanza a más de la mitad de hogares. Y en ciudades como Estocolmo, el 60% de los habitantes viven solos.
Mientras que mucha de esta gente, evidentemente, sale también a cenar con amigos y familiares, muchos también reservan cada vez más mesa para uno.
En el restaurante de San Diego Top of the Market, contrataron el año pasado al jefe ejecutivo Ivan Flowers para realizar algunos cambios. Uno de los principales objetivos era aumentar el número de gente que come sola.
Flowers creía que aunque el restaurante ya tenía sitios en la barra, enfrente de una cocina abierta, estaban subutilizados porque los cocineros no interactuaban lo suficiente con los clientes.
Flowers dice que los comensales que se sientan ahora solos cerca de la cocina pueden "ver un espectáculo" que incluye demostraciones de cocina, degustaciones gratuitas y conversaciones con los cocineros.
"Nuestros comensales solos adoran ver a cocineros profesionales de ese nivel y tan rápidos. Cuando hay una pausa, empiezan a preguntar cosas del estilo de cómo evitar que algo se les queme cuando ellos cocinan en casa", añade Flowers.
"Nos quedamos con su correo para pasarles información. Hacemos todo lo que hace falta para que pasen una noche memorable".
Cultura
Según Flowers, los clientes "se olvidan de que están solos, porque no han estado solos ni un momento desde el instante en que entraron en el restaurante".
Para aquellos que realmente sí quieren sentirse solos, está Eenmaal, un restaurante en Amsterdam que solo tiene mesas para uno.
Creado por la diseñadora holandesa Marina van Goor, el restaurante ha estado completo todas las noches desde que abrió, el pasado verano. Y va a abrir sucursales hermanas en Antwerp, Londres, Berlín y Nueva York a lo largo de este año.
Van Goor dice: "Me di cuenta de que en nuestra sociedad no hay lugares para estar solo en un espacio público, a no ser que estés yendo a algún sitio".
"Quería crear un lugar atractivo donde esté permitido desconectar, especialmente en nuestra sociedad hiperconectada".
"Elegí poner un restaurante porque comer solo es la forma más extrema de sentirse desconectado en nuestra cultura".
(*) Barbara Balfour es escritora, editora y experta en comunicación.
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