El Gobierno de Japón levantó la orden de evacuación de la localidad de Naraha, ubicada dentro del radio de 20 quilómetros donde se produjo el accidente nuclear de la planta e Fukushima, afectada por el tsunami de marzo de 2011, y que aún tiene unos 100.000 vecinos desalojados de sus hogares en siete localidades.
Las zonas iluminadas son las áreas del océano circundante a Japón que aún presentan contaminación por radiación, como consecuencia de la explosión de hace 4 años.
Naraha es la primera rehabilitada, de las siete ciudades desalojadas obligatoriamente por las autoridades después del accidente nuclear, aunque se estima que la medida es más bien retórica, en tanto los desalojados ace cuatro años no han dado mayormente muestras de querer regresar a lugar.
Ya en abril pasado, las autoridades habían realizado una primera fase experimental del retorno, permitiendo que los 7.500 habitantes de Naraha, pudieran visitar el pueblo e incluso dormir en el mismo por algunos días. Hasta la semana pasada sin embargo solo 1 de cada 10 habitantes de Naraha, había pedido a las autoridades ser incluido en los planes para el retorno que ahora se efectivizarán completamente.
El alcalde de Naraha, Yukiei Matsumoto apareció en la televisión convocando a los vecinos a regresar, enfatizando que todos los restos de contaminación radioactiva han sido eliminados. “Ahora comienza la verdadera fase de reconstrucción de nuestra ciudad. Debemos volver a nuestras casas, a nuestros comercios: vivir en nuestra ciudad es tan seguro como siempre”, dijo el alcalde en su mensaje televisivo.
El incierto camino del futuro nuclear
Aunque el alcalde encabezó una ceremonia en la plaza principal de la ciudad reabierta, la prensa local señala que el evento careció de lo más importante a entender de la mayoría: la gente. Apenas un centenar de vecinos acompañaron a Matsumoto en su acto de reapertura. Dos años de descontaminación y limpieza, han sido necesarios para que la ciudad vuelva a ser considerada libre de contaminación atómica, pero más allá de eso, el retorno ha sido escaso debido que muchos servicios necesarios –entre ellos los hospitalarios- son escasos después que Naraha estuviera cuatro años cerrada a cal y canto.
Las autoridades intentan revertir el problema y anuncian que todos los abastecimientos serán colmados a satisfacción, tanto de servicios como de insumos, apuntando que ya se ordenó edificar un nuevo centro comercial que estará abierto en 2016, informa el diario local The Mainichi.
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