viernes, 19 de diciembre de 2014

Qué armas tiene el Congreso de EE.UU. para frenar el acercamiento a Cuba



La decisión histórica del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, de buscar la normalización de las relaciones con Cuba tendrá su principal oposición a muy pocas cuadras de la Casa Blanca, en el Capitolio.
Apenas horas después del anuncio simultáneo de Barack Obama y Raúl Castro, ya en Washington varios congresistas están planeando su estrategia para bloquear o demorar la implementación de las medidas.
Por ejemplo, el senador republicano Marco Rubio, de origen cubano y uno de los principales opositores a que se levanten las restricciones a la isla, calificó la decisión de vergonzosa y prometió usar su influencia en la Cámara Alta para que no llegue a buen puerto.
Una de las medidas que Rubio pretende bloquear, aprovechando su nuevo puesto como director del subcomité del Senado encargado de las relaciones con el Hemisferio Occidental, es la confirmación de un eventual embajador en Cuba.
Y su colega Lindsey Graham, también republicano, agregó que tratará de apoyar medidas que limiten los recursos para realizar los cambios políticos, incluyendo el dinero para establecer una embajada en La Habana.
Sin embargo, la subsecretaria de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental, Roberta S. Jacobson, declaró ante la prensa que lo mencionado por los republicanos no será una traba.
Según la encargada de implementar el plan anunciado por Obama para La Habana, el proceso de normalización de las relaciones puede comenzar sin esperar a construir una embajada, desde la Sección de Intereses de Estados Unidos en Cuba, que actualmente opera bajo la protección legal de la Embajada de Suiza.


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