La región avanza en el reconocimiento de los derechos de la mujer, pero aún faltan condiciones para ejercerlos
La igualdad de género ha ido ganando fuerza en el debate público en América Latina. Casi 23 millones de mujeres han accedido al mercado laboral en los últimos diez años, han conquistado un mayor espacio en la sociedad y están más protegidas por las leyes. Sin embargo, el 50% de los empleos que tienen aún son precarios, el 28% de las jóvenes menores de 20 años de toda la región ya son madres y la violencia machista está incrustada en la sociedad. Los avances, lentos y heterogéneos, han tenido resultados distintos entre países y, principalmente, entre el medio urbano y rural. Falta, sobre todo, crear mejores condiciones para que ejerzan los derechos que han conquistado.
Esas son las principales conclusiones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de Naciones Unidas, que divulgó en noviembre tres estudios sobre la igualdad de género. Los datos serán debatidos por la ONU a lo largo de 2015, por el vigésimo aniversario de la Cuarta Conferencia Mundial de la Mujer, que se celebró en Pekín en 1995.
La organización subraya que 22,8 millones de mujeres han accedido al mercado laboral en los últimos diez años en América Latina, debido a un incremento del nivel educativo y el crecimiento económico. Las 100 millones de mujeres que hoy trabajan en Latinoamérica representan, no obstante, solo el 50% de las mujeres en edad laboral, en contraste con el 80% de los hombres. La mitad de esos empleos son precarios. “No se ha modificado la estructura del mercado laboral. La mayoría está en el sector público o de servicios, son maestras o enfermeras. El 15% todavía sigue en el servicio doméstico”, explica Sonia Montaño, directora de la División de Asuntos de Género de la CEPAL.
Ante las insuficientes políticas públicas para mejorar el acceso al empleo, solo el 38,4% de las más pobres, con un menor nivel educativo y con obstáculos a la hora de delegar responsabilidades domésticas y familiares, tienen trabajo. En cambio, el 62% de las que poseen menores cargas familiares y más recursos para pagar por cuidado infantil están ocupadas. “Muchas tienen que recurrir al sector informal y trabajar en malas condiciones para compatibilizar el cuidado de sus hijos con la búsqueda de ingresos”, añade la experta.
Esta desventaja económica las puede hacer más vulnerables ante la violencia machista, una de las principales lacras que se mantienen pese a la aprobación de leyes de protección. Las políticas se han centrado, sobre todo, en la atención a las víctimas, con la creación de líneas telefónicas y comisarías especializadas para que puedan denunciar los abusos. Pero el principal obstáculo sigue siendo la lentitud de la justicia, que no resuelve la mayoría de los casos. Y faltan más programas de prevención, explica la directora.
Otro problema al que se enfrentan las más pobres es el embarazo adolescente. El 18% de todos los nacimientos corresponden a menores de 20 años; el 28% de ellas ya son madres. Cifras estancadas desde los noventa, solo superadas en el África Subsahariana. La autonomía de la mujer con relación a su propio cuerpo aún enfrenta una sociedad conservadora y religiosa que cuestiona sus derechos sexuales y reproductivos. Muchas no tienen acceso a anticonceptivos o preservativos; a veces ni siquiera reciben educación sobre este tema. Además, la mayoría de los países permite el aborto solo en determinados casos; muchos todavía detienen quienes lo hacen.
Montaño considera, en cambio, que uno de los mayores logros han sido las leyes de cuotas en los sistemas electorales que, entre 2003 y 2013, aumentaron del 19% al 26% la participación femenina en las legislaturas en la región. En los países que las adoptaron, como Argentina, Costa Rica, Ecuador, México y Nicaragua, la presencia de mujeres en el Parlamento ronda el 40%; en otros, como Brasil y Panamá, la cifra no llega al 10%. “Pero el acoso político y los chantajes hacen que muchas renuncien a su posición. Y se hacen algunas trampas, como situar a las mujeres al final de las listas electorales”, añade. Aun así, la CEPAL subraya que hay cada vez más juezas, alcaldesas y ministras en la región, que ha elegido a seis jefas de Gobierno en los últimos años.
FELIPE BETIM Madrid
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