Tiene su origen en un proyecto del arquitecto Mario Paysée, cuyo objetivo era crear un lugar con especies animales de todo el mundo en ambientes naturales.
El predio fue propiedad de Francisco Lecocq, empresario y político uruguayo, inventor, junto al francés Carlos Tellier del procedimiento para el transporte y conservación por frío de la carne fresca. En suestancia de la barra del río Santa Lucía hizo experimentos sobre vinicultura yarboricultura, importó plantas especiales y animales de raza y ensayó el cultivo delgusano de seda.
El parque pertenece a la Intendencia Municipal de Montevideo e integra de la Unidad de Parques Municipales Protegidos. Ofrece diversas opciones a sus visitantes:
- Exhibición de fauna exótica distribuida según su lugar de origen y seleccionada de acuerdo a su estatus de conservación.
- Paseo por montes nativo recreado con fauna autóctona y vegetación indígena.
- Zonas de esparcimiento en extensos espacios verdes.
- Mirador de aves, donde se pueden avistar más de 140 especies.
- Sendero autoguiado por los Humedales del Santa Lucía, un ecosistema protegido por su riqueza en biodiversidad faunística y florística.
- Visitas guiadas por el Paseo del Monte.
El parque apoya los esfuerzos de conservación mundial a través de sus programas de reproducción y cría en cautiverio.
El parque alberga una de las mayores comunidades en cautiverio del mundo de antílopes Addax nasomaculatus, una especie amenazada de extinción. Estos antílopes, originarios del norte de África, están en la categoría crítica, con probabilidades de extinción en los próximos 10 años, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Los 28 ejemplares que habitan en el Parque Lecocq están repartidos en tres grupos (los machos, las familias con un macho y los juveniles) y tienen una expectativa de vida de 22 años. El Parque Lecocq es el tercer zoológico del mundo en cuanto a número de Addax nasomaculatus, después de los de Texas y San Diego en Estados Unidos.
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